
El asesinato de un sacerdote dispara el miedo de los cristianos en Pakistán
Amjad Ali
Islamabad, 31 ene (EFE).- El miedo aumenta entre la minoría cristiana en Pakistán después de que el domingo un sacerdote muriera tiroteado en un «acto de terrorismo» que supone un nuevo ataque en la escalada de la violencia en el país, coincidiendo con la retirada estadounidense del vecino Afganistán.
Cuando los sacerdotes William Siraj y Patrick Naeem regresaban de la misa dominical en la ciudad de Peshawar, en el noroeste de Pakistán, dos hombres armados en una motocicleta abrieron fuego contra el automóvil en el que viajaban.
El padre Siraj murió en el acto, mientras que Naeem sufrió heridas leves y fue dado de alta tras recibir tratamiento en un hospital. Un tercer religioso resultó ileso en el tiroteo.
«Se ha registrado un caso por cargos de terrorismo, pero nadie ha sido arrestado hasta el momento», dijo a Efe Khushal Khan, un oficial de la comisaría de la zona de Chamkani en Peshawar.
De acuerdo con la versión policial, los atacantes dispararon a corta distancia y huyeron de la escena después del ataque.
EL TEMOR DE LA COMUNIDAD
«Después del incidente de ayer tememos por nuestras vidas», dijo a Efe Samuel Gill, presidente de la organización Shaloom Trust, dedicada a promover la armonía interreligiosa.
Aunque no es el primer ataque contra cristianos en esta nación de mayoría musulmana, la muerte de un reverendo tiene especial impacto para esta comunidad, que representa menos del 2 % de la población, al darse por seguras las motivaciones religiosas del tiroteo.
«Atacar a un líder religioso es doloroso no solo para los cristianos sino también para las personas de otras religiones», señaló Gill.
Azad Marshall, obispo de la Iglesia de Pakistán, la mayor institución cristiana del país, condenó en Twitter el ataque a los religiosos, al tiempo que exigió «justicia y protección para los cristianos por parte del Gobierno de Pakistán».
Para la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán (HRCP), el ataque preocupa no solo por la seguridad de la comunidad cristiana, sino también de otras minorías que podrían estar en peligro.
«Estamos especialmente preocupados de que, en medio de signos de creciente radicalización en todo el país, las minorías religiosas se vean cada vez más relegadas y la violencia contra sus comunidades continúe con impunidad», dijo la HRCP en un comunicado.
EL RESURGIR DE LA INSURGENCIA
Este es el más reciente de los ataques extremistas de los que ha sido objeto la comunidad cristiana en Pakistán, y que han dejado cientos de muertos.
Uno de los atentados más letales contra esta comunidad tuvo lugar en 2013, también en Peshawar, cuando un ataque bomba a una iglesia dejó más de 80 muertos. En 2015, otras 14 personas murieron tras un doble atentado a dos iglesias en la ciudad oriental de Lahore.
Según un informe del Instituto para el Estudio del Conflicto y la Seguridad (PICSS), con sede en Islamabad, el país fue testigo de un aumento del 56 por ciento en los ataques insurgentes en 2021, a pesar del mes de tregua entre el Gobierno y el Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP), el principal grupo talibán paquistaní.
Los grupos insurgentes llevaron a cabo 294 ataques durante el año, en los que murieron 395 personas, incluidos 186 civiles y 192 miembros de las fuerzas de seguridad, mientras que 629 personas resultaron heridas, incluidos 400 civiles. Además las fuerzas de seguridad abatieron a 188 insurgentes y arrestaron a 222.
La mayoría de los ataques fueron reivindicados por el TTP, un paraguas de varios grupos tribales creado en 2007 y que ha luchado durante años contra el Gobierno de Islamabad para imponer un Estado islámico. El aumento de sus ataques ha coincidido con el regreso al poder el pasado agosto de sus aliados talibanes en Afganistán.
Esos ataques se intensificaron aún más cuando el pasado 9 de diciembre concluyó el alto al fuego de un mes acordado entre el Gobierno y el TTP gracias a la mediación de los talibanes afganos. EFE
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