
El Ejército de Mali arrebata la estratégica ciudad de Kidal a los secesionistas norteños
Bamako, 14 nov (EFE).- El Ejército de Mali entró este martes en la ciudad de Kidal, sede de los secesionistas del norte del país, y se hizo así con el control de esta estratégica localidad, que había quedado bajo el mando de los grupos independentistas tras la marcha de la misión de la ONU.
En los últimos días, los militares malienses llevan a cabo una operación para retomar el control de la región de Kidal, que, al igual que la gran parte del norte del país -conocido como Azawad-, no controla el Gobierno central de Mali.
Esta zona está en manos de diferentes grupos tribales, muchos de etnia bereber, que reivindican más autonomía o la independencia del Azawad y que están en guerra abierta con el Gobierno central, así como de grupos yihadistas leales a Al Qaeda y al Estado Islámico.
La misión de la ONU en Mali, Minusma, acaba de salir de esa zona, dentro de la retirada del país pedida a las Naciones Unidas por la junta militar gobernante, cada vez más próxima a Rusia y más alejada de los países occidentales.
En un comunicado, el Gobierno maliense informó de que ocupó este martes Kidal dentro del proceso de entrega de los activos de la Minusma, que ha llevado a cabo «a pesar de los contratiempos, las traiciones y los complots que rodearon estas operaciones de entrega».
En las últimas semanas, la junta militar maliense ha criticado con dureza la «unilateral» y a su juicio anticipada salida de la Minusma de la región, cuyos cascos azules sufrieron hasta seis ataques en este proceso.
El Gobierno de transición maliense agradece en el comunicado la colaboración de la Alianza de Estados del Sahel, formada por Mali junto a los vecinos Burkina Faso y Níger, también gobernados por una junta militar saliente de golpes de Estado.
Por su parte, la coalición político-militar que reclama la independencia del Azawad -el Marco Estratégico Permanente para la Paz, la Seguridad y el Desarrollo (CSP-PSD)- reconoció en otro comunicado haber abandonado Kidal «por motivos estratégicos en esta fase de los combates».
Su retirada se produce, dice, tras detener durante varios días el avance del Ejército maliense, lo que provocó «grandes pérdidas humanas y materiales». Sin embargo, ninguna de las dos partes ofrece un balance de muertos o heridos en estos enfrentamientos.
Según los secesionistas, el Ejército maliense usó «drones de fabricación turca, drones de tipo kamikaze y aviones de combates, apoyados por tierra por vehículos blindados».
En el ataque de las Fuerzas Armadas de Mali, afirman los secesionistas, participaron además «mercenarios del Grupo Wagner» ruso, presente en Mali contratado por la junta militar, así como aviones de la Alianza de Estados del Sahel.
Según el CSP-PSD, ahora se abre una «nueva etapa decisiva» de su lucha, cuyas «consecuencias son enteramente responsabilidad de la junta terrorista de Bamako y sus aliados».
Mali, gobernado por una junta militar tras dos golpes de Estado en 2020 y 2021, está sumergido en una grave crisis de seguridad debido a la expansión de los grupos yihadistas y la reanudación de las hostilidades entre el Gobierno central y los secesionistas norteños.
Los independentistas retomaron desde hace casi dos meses los ataques contra las fuerzas malienses tras ocho años de tregua y después del comienzo de la retirada de la Minusma, que era el único mecanismo que vigilaba el alto el fuego en el norte del país.
El Gobierno de Mali quería una evacuación acelerada de todos los bienes de la Minusma en solo tres meses y accedió a un plazo de seis acordado con la ONU que se agota a finales de 2023. EFE
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