
El Gobierno de Bengasi busca mejorar la seguridad de las misiones diplomáticas en Libia
Trípoli, 12 jul (EFE).- El ministro del Interior afiliado al Gobierno del este de Libia, Esam Abu Zriba, revisó con el director del Departamento General para la Protección de Misiones Diplomáticas, Ziad Nasser Al Hassi, fórmulas para «mejorar la seguridad» de representantes de otras naciones en el país magrebí, informó este sábado el Ejecutivo de Bengasi.
Los funcionarios repasaron «el plan de seguridad» para las embajadas y consulados, así como propuestas para la ubicación de sus sedes, y «los principales desafíos» a los que se enfrenta el departamento dependiente de Interior.
Al Hassi presentó al ministro un informe sobre los trabajos y logros de 2024 y el primer semestre de 2025, que incluye «las etapas de implementación» del plan general de protección de las misiones diplomáticas, embajadas y consulados acreditados en el país.
Por su parte, Abu Zriba subrayó la necesidad de «fortalecer la cooperación» entre los distintos departamentos, para garantizar «los más altos estándares de seguridad» para las misiones diplomáticas en la nación norteafricana.
El pasado martes, el jefe del Gobierno de Bengasi, Osama Hamad, expulsó a una delegación de funcionarios europeos -entre ellos, el comisario de Migración de Interior de la UE, Magnus Brunner-, por «violar», supuestamente, una norma aprobada la noche del domingo, que contempla el control de entradas, salidas y movimientos de miembros de misiones diplomáticas y organismos internacionales en el país.
La delegación europea, de la que también formaron parte los ministros de Interior de Italia, Matteo Piantedosi; Grecia, Thanos Plevris; y Malta, Byron Camillieri, viajó a Libia para tratar, con los gobiernos del este y el oeste del dividido país, asuntos relacionados con la crisis migratoria en el Mediterráneo central.
El encuentro con el Gobierno del este no se celebró, mientras que el del oeste, liderado por Abdulhamid Dbeiba, ya se había reunido horas antes con los funcionarios europeos en Trípoli. EFE
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