El legado de la poeta cubana Nancy Morejón reposa en el Instituto Cervantes
Madrid, 13 jun (EFE).- El legado de la poeta cubana Nancy Morejón reposa desde este martes en el Instituto Cervantes, en cuya «Caja de las letras» hay guardados objetos de los más importantes escritores en lengua castellana.
Este habitáculo acorazado en la sede del instituto en Madrid, en lo que fue la caja fuerte de un antiguo banco, recibió varios artículos de la autora cubana, quien se mostró «muy emocionada y honrada» por entregar objetos «muy íntimos» y también «ligados a la historia de Cuba».
En declaraciones a EFE, la también dramaturga y traductora agradeció el «tono fraternal» y las «atenciones» que le dedicó esta institución pública dedicada a la difusión del español en el mundo.
«Esto es un acto de fe, de reconocimiento, imagínate tú en esta instancia, es un tremendo honor», aseveró Morejón, tercer cubano en recibir este reconocimiento tras la bailarina Alicia Alonso y el escritor Leonardo Padura.
Un reconocimiento que viene acompañado por una pequeña caja de seguridad en la que Morejón depositó una concha marina que la acompañó «toda la vida», procedente de las playas del norte de la isla «donde nace la identidad y la independencia» cubana.
A la concha se unieron algunos libros, un folleto de un coloquio celebrado sobre su obra el pasado año en la Universidad de Lyon (Francia), una acuarela dibujada por ella, una libreta de notas y un número de la revista literaria Amnios dedicada a su poesía.
Tras echar el cierre a esta caja con su legado, recibió una llave dorada que se guardó con mucho cariño.
«Cuando me llegó la carta donde me avisaban del reconocimiento, quise poner cosas esenciales que tienen que ver conmigo pero también con la historia de Cuba, como ese caracol que desde que lo agarré siempre vivió conmigo en La Habana, lo veía todos los días, ahora va a estar aquí, espero que sea él quien me mire a mí», apuntó.
RECONOCIMIENTO PARA LOS ESCRITORES
Morejón aprovechó para reivindicar la figura de los escritores, quienes, «a pesar de lo que la gente pueda pensar», realizan «un trabajo duro».
«Hay veces en la que está recompensado y otras no, pero es un trabajo, es duro, hay que convencer a la gente de eso, la gente piensa que estamos siempre mirando las nubes, pero es mi trabajo, mirar un paisaje, el paisaje, mirar una puesta de sol, ¿por qué no?», se preguntó.
En esa línea, recordó que el trabajo del literato es «un mundo muy complicado», donde «hay que emplear muchas horas chequeando, reciclando… y eso hay que reconocerlo».
Por ello, este reconocimiento es aún más importante para ella y para otros escritores y poetas cubanos que le marcaron el camino, entre ellos José Martí (1853-1895) o Nicolás Guillén (1902-1989).
«Para mí ha sido una tremenda sorpresa, me reconforta todo el trabajo que pude haber pasado yo escribiendo esos poemas o estudiando a Nicolas Guillén, es algo que me hace renacer», zanjó.
La autora estuvo acompañada por la secretaria general del Cervantes, Carmen Noguero, y el embajador de Cuba en España, Marcelino Medina. EFE
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