
El OIEA y el BM se asocian para impulsar la energía nuclear en países en desarrollo
París, 26 jun (EFE).- El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) y el Banco Mundial (BM) han formalizado un acuerdo de colaboración para favorecer el recurso a la energía nuclear en los países en desarrollo mediante un respaldo financiero, pero también técnico en cuestiones de seguridad.
El memorándum de entendimiento que firmaron este jueves en París el director general del OIEA, Rafael Grossi, y el presidente del Banco Mundial, Ajay Banga, pone las bases para un trabajo conjunto para «apoyar un uso de la energía nuclear segura y responsable en países en desarrollo».
Grossi descartó «absolutamente», en declaraciones a EFE, que la posible construcción de centrales nucleares en ese tipo de países pueda suponer un riesgo en términos de proliferación de armas nucleares o de accidentes nucleares.
«Cualquier país que quiere construir o que construye o que tiene una central es inspeccionada obligatoriamente por el OIEA», de modo que «toda instalación nuclear» es objeto de esa supervisión, y en primer lugar para que «todo el material nuclear esté siempre allí y no se dedique a otra cosa».
Recordó que de las 440 centrales nucleares que hay en todo el mundo muchas están ya en países en desarrollo, como Argentina, México, Brasil y Sudáfrica, que «están funcionando y están abriendo la esperanza para que eso se pueda desarrollar en países más pobres».
En esa línea, hizo hincapié en que cualquier proyecto nuclear tiene que superar muchos procedimientos y en que un país no puede construir una central atómica «si no tiene una cantidad de instancias que aseguren que existe una infraestructura capaz» de acogerla.
«No existe -añadió- un proyecto nuclear que pueda ser instalado en medio de la nada, sin ningún tipo de control, sin ningún tipo de supervisión gubernamental, eso no existe».
Además, subrayó que el acuerdo suscrito hoy «es justamente una manera que va a tener el Banco Mundial de saber cuál es la viabilidad de un proyecto nuclear en un país» y si llegara un proyecto sin capacidades tecnológicas y sin controles, «somos nosotros los primeros en decir que eso no es viable».
El memorándum de entendimiento prevé que las dos organizaciones trabajen en tres áreas clave, empezando por el desarrollo de capacidades sobre un uso de la energía nuclear con seguridad, con salvaguardas, con planificación y eso en todo lo que se refiere a las nuevas tecnologías, los ciclos del combustible o la gestión de los residuos.
También para la prolongación de la vida útil de las centrales nucleares en funcionamiento, ya que esa extensión se considera «una de las fuentes de electricidad baja en carbono más baratas en términos de costo».
Por último, se contempla acelerar el desarrollo de pequeños reactores modulares que ofrecen flexibilidad, bajos costos y que potencialmente pueden tener un amplio uso en países en desarrollo.
Banga señaló que fue en 1965 cuando el BM financió por última vez un proyecto de central nuclear y que con este acuerdo, «por primera vez en décadas», vuelven al universo de la energía atómica.
Sobre todo, se refirió a la demanda de electricidad en los países en desarrollo, que se va a duplicar con creces en el horizonte de 2035, y explicó que el objetivo del BM es ayudarles a disponer de la energía que necesitan sus habitantes, dándoles la flexibilidad para elegir «el camino que más les conviene para sus ambiciones de desarrollo, su contexto nacional» y sus contribuciones específicas.
En la actualidad hay 31 países que operan centrales nucleares que generan alrededor del 9 % de la electricidad en el mundo. Hay más de una treintena, sobre todo en el mundo en desarrollo, que planean la posibilidad de recurrir también a la energía nuclear para cubrir sus necesidades. EFE
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