El Partido Colorado afianza con Santiago Peña su predominio en Paraguay

Asunción, 13 ago (EFE).- Convertido desde las filas del liberalismo, Santiago Peña asumirá el martes la tercera Presidencia consecutiva para el Partido Colorado, que desde 1947 ha estado en el poder en Paraguay, salvo por el inconcluso mandato del izquierdista Fernando Lugo (2018-2012) y el de su sucesor, Federico Franco (2012-2013).

Peña, quien se sumó en 2016 al Partido Colorado o Asociación Nacional Republicana (ANR), jurará al cargo después de una contundente victoria del oficialismo en los comicios de abril pasado, en los que, además del Ejecutivo, esa formación aseguró una importante representación en el Congreso y 15 de las 17 gobernaciones departamentales en disputa.

El mandatario entrante llegará arropado por un triunfo que quebró los pronósticos de las encuestas que vaticinaban un empate técnico entre él y el liberal Efraín Alegre.

Obtuvo 1.291.209 votos frente a los 830.302 sufragios de Alegre, quien lideró una alianza opositora, y los 692.429 votos de Paraguayo Cubas, protagonista de la sorpresa en las urnas.

Además, Peña contará con una mayoría colorada en el Congreso no vista desde la época del presidente Raúl Cubas Grau (1998–1999), dijo a EFE la investigadora Katia Gorostiaga, aunque matizó que se trata de un bloque sin unidad granítica.

«El Partido Colorado está dividido», explicó a EFE Gorostiaga, y señaló que existe un sector del oficialismo que responde a la facción Fuerza Republicana que lidera el saliente mandatario, Mario Abdo Benítez, otra a Honor Colorado, del expresidente Horacio Cartes (2013-2018) -la cual apoyó la candidatura de Peña-, e incluso una bancada colorada independiente.

En ese contexto, vaticinó, al señalar estas individualidades, que Peña, cuyo perfil es más de tecnócrata que de líder político, «no va a tener la gobernabilidad que se esperaba».

CARTES Y LOS COLORADOS

Sin embargo, Gorostiaga consideró que el «mayor desafío» para el nuevo mandatario lo representa su propio mentor político, Horacio Cartes, de quien fue ministro de Hacienda y que en octubre de 2016 lo llevó a las filas del coloradismo.

«Su padrino político, que tiene muchísimo poder y aún más dinero que poder, está enfrentando situaciones complicadas», mencionó Gorostiaga, en alusión a las sanciones que impuso EE.UU. a Cartes, el actual titular del Partido Colorado.

Washington, bajo acusaciones de corrupción, canceló la visa al exgobernante y le impuso sanciones financieras, por las cuales debió emprender un proceso de reestructuración del Grupo Cartes, que desde marzo pasado dejó de operar como marca.

En ese sentido, el politólogo Esteban Caballero ha indicado en su cuenta de Twitter que el ciclo político que se inicia en Paraguay podrá ser definido, según el camino que escoja el futuro jefe de Estado, «como el ‘gobierno de Santiago Peña’ o como ‘el nuevo ciclo cartista'».

«Mucho depende -agregó- de la ineludible tirantez que se irá dando entre Horacio Cartes y el nuevo presidente».

En una columna publicada el pasado 23 de julio en el diario Última Hora, Caballero advirtió de que «la función de patronazgo» de los colorados puede convertirse en una «constante piedrita en el zapato» para Peña.

«Su desafío aquí es mantener vivo el proceso de negociación con las bases, los caudillos y los parlamentarios del Partido Colorado, para hacer avanzar su proyecto», opinó.

CONTINUIDAD O CAMBIO

Sobre la continuidad colorada, la historiadora Milda Rivarola declaró a EFE que persiste en la medida en que los funcionarios públicos adscritos a ese partido -que representan cerca de un 85 % en distintas instituciones y alrededor del 70 % en el poder judicial, según sus estimaciones- permanecerán en sus puestos.

«En ese sentido, sí siguen gobernando los colorados. Cambia el Ejecutivo, pero la lógica política de Gobierno no cambia», sentenció.

En todo caso, puntualizó que al saliente gobernante, Mario Abdo Benítez, «quizás se lo recuerde como el último Gobierno colorado mismo».

«Lo que se viene adelante, ya otra cosa, ya es un Gobierno de tipo empresarial», de otro carácter, agregó la también escritora. EFE

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