Electricistas de México protestan contra reforma energética
Unos 300 miembros del sindicato de electricistas de México protestaron este martes frente al Senado, donde está a punto de aprobarse el reglamento de una histórica reforma energética, porque consideran que esta nueva legislación dará preferencia a trabajadores extranjeros, constató un periodista de la AFP.
«Nosotros no tememos que vengan empresas transnacionales porque hemos trabajado con ellos. Pero nosotros somos los que conocemos la zona y materia de trabajo, somos especialistas», dijo Juan Olivera, miembro de la dirigencia del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME).
«Todas las empresas que vayan a entrar aquí en la zona centro (de México) van a tener que verse con nosotros y (obligadas) a contratar al personal» que integra ese sindicato, estimado en unos 44.000 trabajadores, recalcó Olivera.
La reforma constitucional en materia energética, el proyecto más ambicioso del presidente Enrique Peña Nieto (2012-2018), fue aprobada en diciembre poniendo fin a más de 75 años de monopolio del gigante Petróleos Mexicanos (Pemex) en la exploración y explotación de crudo.
La reforma, a la que se opone la minoritaria izquierda parlamentaria, prevé la apertura del nacionalizado sector de hidrocarburos a la participación de compañías privadas nacionales y extranjeras.
La legislación también abrió la generación y distribución de luz en todo el país, un servicio que estaba a cargo de la estatal Comisión Federal de Electricidad (CFE) en su totalidad desde 2009 y que hasta ahora está subsidiado para todo usuario.
En octubre de 2009 el gobierno liquidó otra empresa estatal, Luz y Fuerza del Centro, que proporcionaba el servicio eléctrico en la superpoblada capital y alrededores. Sus sindicalizados reclaman también los salarios que dejaron de percibir desde entonces.
Tanto Pemex -que aporta más de un tercio de los ingresos públicos de México- como la CFE seguirán siendo propiedad del Estado y pasarán a tener autonomía de gestión de presupuesto y operación autónoma, de acuerdo al gobierno.
El ejecutivo confía en un impulso de la decaída producción de gas y de petróleo a través de la reforma, cuyo reglamento se divide en seis dictámenes, dos de las cuales faltan por aprobar esta semana en el Senado.