Fusión de música y solidaridad
El prestigioso cuarteto suizo Adorno ofreció varios conciertos benéficos en las principales ciudades de Bolivia e interpretó obras de Mozart, Beethoven y Brahms.
Los fondos recaudados se destinarán a diversos proyectos de cooperación.
Invitados por la esposa del presidente de Bolivia, señora Ximena de Sánchez de Lozada, los integrantes del Cuarteto Adorno actuaron en las ciudades de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, con el loable propósito de fundir la calidad musical con la solidaridad humana.
Fieles a su principio de hacer música sin fines de lucro, sus conciertos, entre ellos uno de gala en el céntrico Hotel Radisson, favorecerán diversos proyectos de cooperación, que van desde la ayuda a tres mil mujeres artesanas empeñadas en abrir vías de exportación a Europa, hasta la atención a personas con discapacidades físicas.
El histórico Teatro Municipal en La Paz y otras importantes salas en Cochabamba y Santa Cruz fueron escenario para que el público boliviano se deleitara del arte del Cuarteto Adorno. Los beneficiados con la recaudación de las últimas presentaciones son niños huérfanos y enfermos de diabetes.
Un boliviano en el grupo
El violonchelista boliviano Leonardo Franz comparte elenco con los músicos suizos Markus Lehmann, violinista que desgrana notas en un ‘Antonio Estradivarius’ de 1698, Andreas Fuchs con un violonchelo ‘Francesco Ruggieri’ del año 1673, y Gregor Loepfe, pianista del cuarteto.
En conversación con swissinfo, los integrantes de Adorno sostuvieron que ellos no actúan con fines de lucro, sino que interpretan música con la intención de ayudar, así sea un poco, a la gente necesitada en los países afectados por la pobreza. Lo hacen a través de organizaciones de beneficencia, sin ningún tipo de compensación.
Experiencia singular
Los eximios músicos helvéticos señalaron haber vivido una “experiencia diferente” en Bolivia, país considerado entre los más pobres de América Latina, a pesar de sus recursos naturales, el magnífico contraste de su belleza geográfica – desde las altas montañas nevadas hasta la región tropical de Oriente – y, naturalmente, el calor humano de sus más de ocho millones de habitantes.
El cuarteto quedó impresionado por el modo de vida de la gente a más de 3.600 metros de altitud. “Es una experiencia muy nueva tocar en esta altura”, coincidieron sus integrantes, al precisar la notable diferencia de hacerlo en lugares bajos con relación al mar.
Destacaron asimismo el folklore boliviano y la gran variedad de instrumentos típicos para interpretarlo, en armoniosa consonancia con los sones propios de las regiones andina, valluna o tropical.
Por supuesto que para traer un testimonio de la expresión musical boliviana, los integrantes del Cuarteto Adorno adquirieron algunos discos compactos que, sin duda, revivirán su paso por el país andino, donde dejaron constancia de su sensibilidad solidaria con quienes tienen menos.
Siguiendo esa huella, tienen en agenda conciertos similares en otros países de América Latina.
Félix Espinoza, La Paz
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