
Gerry Adams inicia pleito legal contra BBC por acusarlo de ordenar el asesinato de exespía
Dublín, 29 abr (EFE).- El expresidente del Sinn Féin, Gerry Adams, ha sido víctima de un «ataque injustificado» por parte de la cadena británica BBC y ha visto dañada su reputación como «pacificador» del pasado conflicto en Irlanda del Norte, aseguró este martes la defensa del histórico dirigente republicano ante el Tribunal Superior de Dublín.
Adams, de 76 años, ha demandado a la BBC por acusarlo en 2016 de ordenar el asesinato de su compañero de partido Denis Donaldson, quien fue tiroteado en 2006 después de confesar que espió para las fuerzas de seguridad británicas durante más de dos décadas.
Al comienzo hoy del juicio por difamación, los abogados de Adams alegaron que el programa de televisión Spotlight, producido por la cadena pública en Irlanda del Norte, cometió un «error periodístico» al efectuar graves acusaciones fundamentadas «en una sola fuente anónima».
«Nunca se le trasladó a la fuente anónima que Gerry Adams negaba su participación. La BBC no realizó las verificaciones requeridas. El programa debería haber advertido de que la acusación no estaba verificada. Fue periodismo imprudente», expuso el letrado Tom Hogan.
Recordó que «mucha gente ha dicho cosas» sobre Adams, quien siempre ha negado su pertenencia al ya inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA), pese a que dirigió durante 34 años el Sinn Féin, considerado como el brazo político de la banda armada.
El dirigente nacionalista «no dejará pasar» esta acusación, subrayó Hogan, ya que le ha «llevado toda una vida» ganarse la reputación de «pacificador» y, «en esencia, este caso es un ataque injustificado» contra su papel en la historia del pasado conflicto.
Donaldson, que confesó en 2005 haber espiado para los servicios secretos británicos durante más de veinte años, fue expulsado del partido cuando se descubrió su doble identidad y se retiró a una remota cabaña del condado irlandés de Donegal, donde fue ejecutado por unos desconocidos en abril de 2006.
Inicialmente, se pensó que el asesinato fue obra del IRA, brazo paramilitar del Sinn Féin, pero tres años después la facción disidente IRA Auténtico se responsabilizó de la muerte del exjefe de administración del partido en Stormont (sede de la Asamblea de Irlanda del Norte). EFE
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