Gobierno polaco justifica su nueva política migratoria y la compara con la española

Cracovia (Polonia), 25 oct (EFE).- El eurodiputado polaco Andrzej Halicki aseguró este viernes que los cambios anunciados en la política migratoria de su país «deben ser despiadados, desafortunadamente», y comparó la situación de la frontera bielorrusa con la de Ceuta y Melilla.

En una entrevista publicada este viernes en el diario Gazeta Wyborcza, Halicki dice que las restricciones a la migración «no son enteramente una cuestión de (ideología) derecha-izquierda» y añade que «el socialista Pedro Sánchez que atravesaba una crisis en la frontera con Marruecos, exigió la legalización de las devoluciones».

El eurodiputado, una destacada figura del partido demócrata-cristiano PSL, que forma parte de la coalición del Gobierno dirigido por Donald Tusk, subrayó que «el acuerdo de 2020 sobre la frontera turco-griega que, entre otras cosas, suspendió temporalmente el derecho de asilo (…) fue propuesto por David Sassoli, presidente del Parlamento Europeo, un político de la izquierda italiana».

Halicki insiste en la entrevista en que «en la frontera bielorrusa no se ve a mujeres con hijos ni a fugitivos que sean víctimas de regímenes violentos», en alusión a la crisis migratoria que existe en la frontera polaco-bielorrusa, donde Varsovia asegura estar enfrentando una «guerra híbrida» que, según el político polaco, «desafortunadamente, nos hace tener que ser despiadados».

Por otra parte, el ministro polaco de Exteriores, Radoslaw Sikorski, reconoció ayer que «las soluciones que propusimos en la estrategia migratoria no están exentas de controversia», pero afirmó que «la Unión Europea no sólo tomó nota de nuestra estrategia, sino que incluso la adoptó como propia».

«Polonia vuelve a marcar tendencias para toda Europa», aseguró Sikorski.

El día 15 de octubre, el Gobierno polaco presentó los detalles de su nueva postura en materia de migración, que incluyen la posibilidad de suspender el derecho ed asilo para «recuperar el control» de sus fronteras, en palabras del primer ministro Donald Tusk, quien calificó su decisión de «difícil, pero necesaria».

Bajo las nuevas directrices, Varsovia aplicará criterios más exigentes para la entrada y permanencia en territorio polaco cuando se solicite asilo de algún tipo, y próximamente modificará las normas que rigen el acceso al mercado laboral, a los servicios públicos, como la educación y la sanidad, y cambiará la legislación para agilizar los procesos de repatriación de personas en situación irregular. EFE

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