Estudiantes húngaros acusan a la emisora pública de ignorar sus protestas
Budapest, 9 dic (EFE).- Centenares de húngaros, en su gran mayoría estudiantes de secundaria, se congregaron hoy ante la sede de la televisión pública Magyar Televizió para pedir que informen sobre las reiteradas y con frecuencia masivas protestas contra la mala situación del personal docente y la intimidación del Gobierno.
“Que nos dejen entrar en la televisión pública” fue el lema de los más de un millar de manifestantes que desafiaron al frío y la lluvia, dejando de lado el fútbol del Mundial de Qatar, para participar en la protesta de hoy, convocada por el Frente Unificado de Estudiantes (EDF).
En declaraciones a EFE, Dániel Gonda, miembro del EDF, denunció que el Ejecutivo del ultranacionalista Viktor Orbán se niega a dialogar con ellos y con los profesores que llevan meses en actos de “desobediencia civil”, al tiempo que sus reivindicaciones son ignoradas también por los medios afines al Gobierno.
“Es indignante que la televisión pública, que funciona con miles de millones de forintos públicos de los húngaros, no haga espacio a organizaciones como la nuestra, que es capaz de movilizar a decenas si no centenares de miles de jóvenes”, dijo Gonda.
Los medios públicos de Hungría, así como una gran parte de la prensa en general, funcionan bajo control estatal dirigidos por personas leales al Gobierno.
Los manifestantes expresaron “consternación” por el hecho de que mientras en el sistema educativo hacen falta miles de docentes, muchos profesores que reivindican mejores salarios y condiciones de trabajo son despedidos como parte de una “campaña de venganza”.
Después de que el Gobierno limitara para los profesores y maestros el derecho a hacer huelga, éstos han recurrido a la desobediencia civil para llamar la atención sobre su situación y sus reivindicaciones, entre las que también se incluyen reformas del sistema educativo y más autonomía para los centros de enseñanza.
En Hungría, la educación es competencia del ministerio de Interior, que ha respondido a esas acciones con el despido de más de una docena de profesores.
Para Gonda, con esos despidos y su postura intransigente, el Gobierno ha empeorado la situación, en la que “cada vez parece menos posible llegar a un acuerdo”.
Las malas condiciones que afrontan los docentes está detrás de la gran falta de personal que se detecta actualmente en el sistema educativo de Hungría, según los expertos.
Su cálculo es que se requerirían más de 15.000 maestros y profesores, adicionales a los 160.000 contratados actualmente.
El Gobierno intenta minimizar el asunto al dar a entender que lo único que se está pidiendo es un mejor nivel salarial.
Además, ha condicionado ceder para subir los sueldos a que la Comisión Europea (CE) descongele los fondos comunitarios bloqueados en reacción a las políticas de Orbán que socavan la democracia y el Estado de derecho. EFE
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