La agroindustria y la minería del oro agudizan los efectos del cambio climático en Bolivia
Gabriel Romano Burgoa
La Paz, 7 oct (EFE).- La agroindustria y la minería aurífera han sido identificadas como las principales causas que agudizan los efectos del cambio climático en territorio boliviano, según el estudio ‘A fuego y Mercurio: Crisis ecológica y desigualdades en Bolivia’, presentado este lunes por Oxfam.
La coordinadora de Investigación y Políticas de Oxfam en Bolivia, Natasha Morales, ha dicho a EFE que en los últimos años «ha habido un deterioro tremendo» de bosques debido a la expansión de la agroindustria y la minería, por lo que Bolivia está casi en un «punto de no retorno».
Morales afirma que «parte del problema está en las brechas sociales» que cada vez son mayores y que emergen «de los sectores de la agroindustria y la minería del oro» con efectos negativos en las comunidades indígenas y poblaciones rurales.
«Tenemos dos actores al mismo tiempo que están en la mismas zonas y que durante 5 años han intensificado su producción, han expandido sus tierras sin ningún límite», sostiene la experta.
Asimismo menciona que el sentido del estudio es plantear «un debate más crítico» sobre cómo Bolivia ha encarado su desarrollo, que «ha estado impulsando mucho el extractivismo (y) no ha diversificado su economía».
Deforestación y contaminación
La investigación establece que en Bolivia existe una «brecha» entre los principios legales de protección al medioambiente con su «implementación efectiva», por lo que exhorta a «corregir las desigualdades sistémicas» que ocasiona la crisis climática.
También rescata el testimonio de las mujeres de los pueblos indígenas esse ejja, tacanas y chiquitanas, sobre «cómo las prácticas extractivas, la deforestación y los cambios climáticos afectan desproporcionadamente a las comunidades».
Los problemas ambientales han ocasionado «una disminución en los ingresos familiares durante los últimos años debido a problemas ambientales», algo que llega al 45,5 % en el área rural y a un 33 % en las ciudades, según las personas y fuentes consultadas.
El informe sostiene que entre 2018 y 2022 «la expansión agrícola y pecuaria fue responsable del 97 % de la deforestación» y que el Estado boliviano «fomenta esta expansión mediante subsidios, créditos y privilegios».
Otro aspecto que se resalta es el efecto de la minería del oro, que aunque es una «fuente significativo de ingresos» también «tiene un impacto negativo en el medioambiente y la salud de las comunidades» por la utilización de mercurio que genera la contaminación de los ríos.
«La producción alcanzó 53,3 toneladas en 2022, un incremento del 91 % en comparación con el promedio de producción entre 2014 y 2018», menciona la investigación.
Los testimonios de las mujeres indígenas dan cuenta en el estudio de «cómo las actividades mineras destruyen las plantaciones agrícolas para habilitar lugares de explotación» sobre el tiempo que utilizaron los comunarios para preparar el terreno para la siembra.
Al respecto, Morales, responsable del estudio considera que Bolivia ha llegado a un punto en el que debe dar «una moratoria a la explotación del medioambiente» y a la explotación de los recursos naturales.
Bolivia afronta actualmente una de sus peores crisis medioambientales provocadas por los incendios forestales, que han devastado solo en el departamento oriental de Santa Cruz más de 7 millones de hectáreas de bosques, según datos de la Gobernación.
El Gobierno boliviano emitió la declaratoria de «desastre nacional» con lo que el país se abre a recibir mayor ayuda internacional para aplacar los incendios forestales.
Una de las principales causas de la calamidad son las quemas agrícolas o ‘chaqueos’ destinadas habilitar los terrenos para la siembra, el ganado o el desmonte.EFE
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