
La autoritaria Turkmenistán profundiza su aislamiento y la persecución de la disidencia
Moscú, 24 abr (EFE).- La república centroasiática de Turkmenistán, uno de los países más secretistas del mundo, profundizó su aislamiento internacional en 2023 a través de un estricto control de internet y la persecución implacable de la disidencia, según el informe anual de Amnistía Internacional (AI). AI destaca que Turkmenistán es un país que sigue con las puertas cerradas a las ONG internacionales y a los medios de comunicación independientes, lo que dificulta en gran medida la recopilación de información. El Estado controla estrictamente el acceso a la información y censura cualquier noticia con connotaciones negativas sobre la situación en el país, especialmente respecto a las penurias que vive su población. En este país, que tiene uno de los servicios de internet más lentos del mundo, hay más de 122.000 dominios bloqueados, a lo que hay que sumar decenas de sitios de noticias y redes sociales. Todas las formas de crítica pública y disidencia, tanto dentro como fuera del país, están perseguidas, lo que incluye el acoso a los familiares de los opositores más prominentes. En concreto, el informe recuerda que la ONU ha expresado su preocupación por el maltrato las figuras críticas encarceladas como el joven periodista Nurgeldi Jalikov y el bloguero Murat Dushemov, que denunciaron haber sido torturados, y el activista Mansur Mingelov, al que se le niega tratamiento para su tuberculosis osteoarticular. En la misma línea, las autoridades turkmenas reprimen cualquier acto de protesta espontáneo por pequeño que sea, aunque sus objetivos no sean políticos, sino denunciar la escasez de alimentos básicos, la corrupción policial o la asistencia sanitaria. AI también denuncia que miles de turkmenos, especialmente mujeres, que trabajan en el sector público fueron obligados a participar en la cosecha del algodón como trabajadores forzosos. En cuanto al medio ambiente, este es uno de los países que más contribuye a las emisiones de metano debido a su fuerte dependencia energética del gas y el petróleo. Aunque, ante las presiones internacionales, el líder turkmeno, Serdar Berdimujamédov, firmó el pasado año una hoja de ruta para reducir las emisiones y el compromiso global del metano en el marco de la COP28.EFE mos/ad