
La banca europea resiste mejor que en 2023 a su test de estrés porque se ha fortalecido
París, 1 ago (EFE).- La banca europea se ha fortalecido en los dos últimos años con un refuerzo de capital gracias al aumento de los beneficios y eso le sitúa en una situación de mayor resistencia ante una posible crisis, según la Autoridad Bancaria Europea (EBA, en sus siglas en inglés).
El test de estrés al que la EBA ha sometido a una muestra de 64 bancos de 17 países europeos que representan el 75 % del sector y que se ha publicado este viernes pone en evidencia que la situación en la que saldrían del escenario adverso que ha elaborado para ponerlos a prueba, y que es más duro que el de hace dos años, sería algo mejor.
Uno de los principales indicadores que lo ilustran es el de la caída del nivel de solvencia, que pasaría de una media del 15,8 % medida en capital CET1 que tenían esas entidades al finalizar 2024 al 12,1 % en 2027, una vez que se vieran sometidas a ese escenario adverso, que conllevaría para los bancos unas pérdidas agregadas de 547.000 millones de euros en tres años.
En términos de capital CET1, eso equivaldría a un descenso de 370 puntos básicos, que es bastante menos que el descalabro de 479 que se había estimado en el test de estrés que se hizo hace dos años.
La diferencia, como lo subrayan los autores del estudio, la marca el punto de partida, y en particular el hecho de que el pasado año las entidades financieras de la muestra obtuvieron 181.000 millones de euros de beneficios.
La EBA recuerda que el nivel de rentabilidad de los bancos europeos ha rozado su techo histórico, con un incremento anual de su resultado neto de alrededor del 10 % en los dos últimos ejercicios. Eso ha llevado la rentabilidad sobre capitales (RoE) al 10,5 % en 2024, después del 10,3 % en 2023 y del 8,1 % en 2022.
Unos resultados que han sido posibles por la subida de los tipos de interés, pero también por aumentos que las entidades reciben por comisiones y otros servicios, pero también por los ingresos en su actividad de mercados, y eso mientras sus bases de costos crecían a un ritmo inferior pese a las presiones inflacionistas.
La EBA había decidido hace unos meses, ante las elevadas tensiones geopolíticas que amenazaban la estabilidad en la Unión Europea, diseñar un escenario adverso más duro para evaluar la capacidad de los bancos a resistir a una crisis.
Así, ha evaluado cuál sería la respuesta de los 64 que forman la muestra, entre los que están las seis grandes entidades españolas (Santander, BBVA, Caixabank, Sabadell, Bankinter y Unicaja) a una caída del producto interior bruto (PIB) en la UE del 6,3 % en tres años, entre 2025 y 2027. Es decir, una recesión acumulada mayor que la de su anterior test de estrés, que fue del 6 %.
En paralelo, los precios inmobiliarios sufrirían en esos tres años un bajón del 15,7 % para la vivienda y del 29,5 % para los bienes comerciales y las acciones se desplomarían un 50 % en el primer año y continuarían en el segundo un 46 % por debajo del punto de partida y todavía un 42 % por debajo en el tercero.
La tasa de paro en el conjunto de la UE pasaría del 5,8 % de la población activa al finalizar 2024 al 11,6 % en 2027.
En el caso de España, la hipótesis dura para poner a prueba a las entidades financieras contempla una recesión acumulada del 4,1 % entre 2025 y 2027, con un incremento de la tasa de paro del 11,5 % en 2024 al 16,8 % en 2026 antes de disminuir al 15,6 % en 2027. EFE
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