La carrera presidencial arrancó en México con dos candidatas en contienda
La campaña electoral despegó el viernes en México con la perspectiva de consagrar a la primera mujer presidenta entre la izquierdista Claudia Sheinbaum y la opositora de centroderecha Xóchitl Gálvez, un hito en este país de marcada cultura machista.
«No llego yo, llegamos todas (…), me va a corresponder también luchar por las mujeres», dijo Sheinbaum, física y exalcaldesa de Ciudad de México de 61 años, ante decenas de miles de seguidores en el Zócalo de Ciudad de México, principal plaza pública del país.
Sheinbaum parte con 63% de las preferencias para los comicios del 2 de junio, lejos del 31% de Gálvez, ingeniera en computación también de 61 años, según un promedio de encuestas de la firma Oráculus.
Jorge Álvarez, diputado de centroizquierda de 38 años, va tercero con 5%.
La exalcaldesa leyó una lista de 100 compromisos para dar continuidad a la «transformación», proyecto del presidente Andrés Manuel López Obrador, incluida la política de seguridad, blanco de la artillería de Gálvez que la considera complaciente con los cárteles del narcotráfico.
«La estrategia que promoveremos será atacar las causas (de la violencia), fortalecer la Guardia Nacional y su coordinación con las policías estatales», dijo Sheinbaum.
Bajo el lema «abrazos, no balazos», el presidente sostiene que hay que atender las causas del problema, como la pobreza, más que optar por la mano dura contra el crimen organizado.
«¡Se acabaron los abrazos a los delincuentes!», lanzó a su vez Gálvez durante un periplo por Fresnillo, Aguascalientes (norte) e Irapuato (centro), tres de las ciudades más golpeadas por el crimen organizado.
En Irapuato plasmó una huella con sangre en un papel donde se comprometió a mantener los programas sociales en los que López Obrador basa su popularidad de 70%. «Es un pacto de sangre», expresó.
– No «agacharemos la cabeza» ante EEUU
Sheinbaum también advirtió que un eventual gobierno suyo mantendrá la cooperación con Estados Unidos, del que México es el principal socio comercial, pero no se subordinará.
«Coordinación sí, subordinación no. Nunca agacharemos la cabeza», dijo, y prometió mantener la «austeridad» y la «disciplina fiscal» en la segunda economía latinoamericana después de Brasil.
Locuaz senadora de raíces indígenas, Gálvez apuntala el tema de la seguridad como uno de los ejes de su campaña.
«Aquí los asesinatos y el crimen están a todo lo que da», declaró a la AFP Lucía Romero, de 47 años, quien viajó desde Ciudad de México a Fresnillo para apoyar a Gálvez y elogiar su «valentía».
Cuatro militares murieron y nueve resultaron heridos el jueves en un ataque con explosivos en el estado de Michoacán (oeste), cuando intentaban localizar un campamento criminal.
Las autoridades atribuyen al narco la mayoría de los 449.000 asesinatos y más de 100.000 desaparecidos que México acumula desde que en 2006 los militares fueron involucrados en la ofensiva antidrogas. Un 38% de esos homicidios ocurrieron durante el actual gobierno.
Incluso para seguidores del oficialismo como David Jiménez, oficinista de 49 años, el «mayor reto (de Sheinbaum) es la seguridad porque estamos viviendo momentos de caos», según comentó a la AFP.
La llegada de una mujer a la presidencia marcaría un hito en este país de larga tradición machista y graves problemas de violencia de género. Solo en 2023 se cometieron 852 feminicidios, según cifras oficiales.
– Continuidad –
Sheinbaum cimenta su campaña en la oferta de profundizar el proyecto de López Obrador, a quien la Constitución impide presentarse para un segundo mandato.
Gálvez, por su parte, ofrece fomentar la inversión extranjera -ya en altos niveles-, así como finalizar la explotación de combustibles fósiles y la «militarización» del país.
«Sheinbaum se encuentra en una posición muy fuerte», comentó Michael Shifter, investigador y expresidente del centro de análisis Diálogo Interamericano, con sede en Washington DC.
La alianza opositora de los partidos tradicionales PRI, PAN y PRD pasó a la ofensiva tras recientes publicaciones en medios como The New York Times sobre presuntos contactos y dinero del narco en las campañas de López Obrador en 2006 y 2018.
Pero Shifter estima que estas acusaciones, que no han sido comprobadas, no prenderán en la mayoría de mexicanos ni reducirán «la cómoda ventaja de Sheinbaum».
AMLO, como se conoce al presidente por sus iniciales, podría incluso aprovecharlas argumentando que es «perseguido por la prensa extranjera», añade.
– «Proyecto totalitario» –
La oposición también apunta a evitar que la izquierda gane la mayoría legislativa, más aun después de que el presidente envió al Congreso un paquete de reformas constitucionales que, según sus adversarios, intenta consolidar un «proyecto totalitario».
AMLO busca consagrar la elección popular de los magistrados de la Suprema Corte y de los consejeros del Instituto Nacional Electoral, y reducir el presupuesto de ambos organismos, a los que acusa de servir a las élites. Sus adversarios consideran estas propuestas un ataque a la democracia y a la integridad electoral.
Shifter no cree que la candidata opositora pueda acercarse demasiado a Sheinbaum, quien este viernes reiteró su apoyo a esas enmiendas.
«AMLO es demasiado popular y la maquinaria del gobierno y del partido (Morena) es demasiado formidable. Además, la economía está funcionando bien», añade.
Durante su gobierno, 8,9 millones de personas salieron de la pobreza, según cifras oficiales que indican que el porcentaje de los 126 millones de mexicanos en tal situación pasó de 43,9% en 2020 a 36,3% en 2022.
Tras desplomarse por la pandemia en 2020, la economía hila tres años de expansión. En 2023, creció 3,1%.
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