La líder japonesa promete mantener la «vigilancia» ante China tras el incidente con cazas
Tokio, 7 dic (EFE).- La primera ministra japonesa, Sanae Takaichi, prometió este domingo que su país mantendrá la «vigilancia y observación» de las actividades militares de China tras el incidente este sábado en el que cazas chinos dirigieron su radar contra dos aeronaves militares japonesas, en medio de la tensión entre las potencias.
«Seguiremos de cerca los movimientos del ejército chino en los mares y el espacio aéreo que rodean a Japón y tomaremos todas las medidas posibles para mantener nuestras actividades de vigilancia y observación», dijo la mandataria a la prensa durante una visita a la localidad de Wajima, al noroeste de Tokio, en declaraciones recogidas por la cadena pública NHK.
Takaichi condenó el incidente del sábado y aseguró que su Gobierno ha pedido a China que no se repita.
«Este uso del radar fue un acto peligroso que excedió el alcance necesario para un vuelo seguro de la aeronave. Es sumamente lamentable que tal incidente ocurriera», aseguró la primera ministra.
Sus declaraciones llegan después de que un portavoz de la Armada del Ejército Popular de Liberación acusara a Tokio de «exagerar», asegurando que los cazas chinos en cuestión llevaron a cabo maniobras «normales» durante un entrenamiento.
«La exageración de Japón es completamente inconsistente con los hechos», aseguró el portavoz, que además acusó a los cazas japoneses de amenazar la seguridad aérea aproximándose a las aeronaves chinas durante los ejercicios.
El ministro de Defensa japonés, Shinjiro Koizumi, había denunciado horas antes que cazas chinos utilizaron el sábado su radar de manera intermitente contra dos aviones de combate japoneses en lo que describió como «aguas internacionales al sureste de Okinawa».
El incidente, que no causó daños a los pilotos ni a las aeronaves, se produce en un momento de especial tensión entre Tokio y Pekín a raíz de unos comentarios el mes pasado de Takaichi, quien dijo que un ataque militar chino a Taiwán podría justificar una intervención de las Fuerzas de Autodefensa (Ejército) niponas.
Pekín respondió con medidas de presión económica y cultural, entre ellas advertencias de viaje a Japón, la prohibición de importar productos del mar japoneses y la paralización de licencias para películas y conciertos procedentes del país vecino. EFE
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