La población de Al Fasher no aguantará «mucho tiempo» sin ayuda, alerta Save the Children
Carles Grau Sivera
El Cairo, 4 nov (EFE).- La población de Al Fasher, la estratégica capital del estado sudanés de Darfur Norte tomada la semana pasada por los paramilitares, no puede aguantar «mucho tiempo» sin recibir ayuda humanitaria vital que no llega por problemas logísticos, de seguridad y burocráticos, según Save The Children.
En una entrevista telemática con EFE, el director adjunto de Programas y Operaciones en Sudán de la ONG, Francesco Lanino, recordó la crítica situación en la que se encuentran unas 260.000 personas que siguen atrapadas en Al Fasher, capturada la semana pasada por el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) tras más de año y medio de asedio.
«Realmente, no tienen mucho tiempo. Estamos hablando ya de posibles condiciones de hambruna para toda la población de Al Fasher», aseveró Lanino, que alertó de la inseguridad alimentaria para todos los desplazados hacia Tawila, una localidad a unos 60 kilómetros al oeste a la que han llegado decenas de miles de personas desde la caída de la capital de Darfur Norte.
Ese municipio, donde opera Save the Children, acoge según la ONU al 37 % de del total de desplazados internos en Darfur Norte y al 7 % de todo Sudán, es decir, una cifra superior a las 650.000 personas, que tienen que sobrevivir en condiciones extremas y esperando a que la ayuda llegue a cuentagotas.
Una situación crítica
«Hay casos de niños y mujeres que están muriendo por malnutrición y, claramente, es algo que necesita una atención inmediata porque la situación puede empeorar en las próximas semanas o meses, con más personas que podrían morir por no tener acceso comida», lamentó el responsable de la ONG desde Sudán.
Tras la toma de Al Fasher, el que fue el último bastión del Ejército en Darfur, las FAR mataron a más de 2.000 personas -según el Gobierno sudanés controlado por la junta militar-, algo que fue calificado de «limpieza étnica» por varias organizaciones humanitarias.
«Para nosotros es también imposible acceder y verificar lo que está pasando, tampoco podemos entregar alimentos o proveer servicios médicos a la población necesitada», aseguró Lanino, que recordó que «los trabajadores humanitarios también son víctimas de esta guerra», ya que decenas han muerto en más de dos años y medio de conflicto.
Además, una de las principales preocupaciones para Save the Children es la zona que conecta Al Fasher con Tawila, conocida como la «carretera de la muerte» y que Lanino describió como «una tierra de nadie llena de guerrillas y grupos armados que, literalmente, están matando a todas las personas que intentan salir de Al Fasher».
Las organizaciones humanitarias no pueden operar fuera de Tawila, donde los desplazados que consiguen llegar cuentan escenas de violencia «brutales», violencia sexual contra mujeres y niños y «matanzas selectivas» contra personas de comunidades étnicas específicas, de acuerdo con el responsable.
Obstáculos a la entrada de ayuda
Lanino describió los «muchos impedimentos burocráticos» que tienen las organizaciones humanitarias tanto de parte de las FAR como del Ejército para llegar a las zonas más vulnerables de Sudán, incluso de forma transfronteriza, para proveer alimentos, productos de higiene o medicamentos.
«Hay muchas dificultades y muchos retrasos», lamenta, aunque afirmó que de momento es posible brindar ayuda a los desplazados de Tawila a través de la frontera con Chad, que conecta con Darfur, pese a los incontables puntos de control y riesgos de seguridad «muy peligrosos» para los transportistas y trabajadores humanitarios.
Sin embargo, la ayuda sí está llegando a Tawila en un momento crítico para los desplazados porque «los camiones ya estaban en marcha» antes de la caída de Al Fasher.
De lo contrario, hubiera sido «imposible» responder de ninguna forma a esta nueva catástrofe humanitaria debido a que en un país en guerra como Sudán nunca se puede saber cuándo llegará la ayuda humanitaria a la población.
«Puede ser en unas semanas o puede ser en meses, o puede ser nunca», sentencia Lanino. EFE
cgs/amr/ijm/jlp