La policía londinense, en el ojo del huracán tras la condena de un agente por asesinato
“Lo siento muchísimo”, afirmó la jefa de la policía de Londres, cuya dimisión reclaman algunos, pidiendo disculpas después de que un agente fuera condenado el jueves a cadena perpetua por violación y asesinato, un caso que puso a la institución en el ojo del huracán.
Si el tono de la comisiaria Cressida Dick era tan grave tras la condena de Wayne Couzens a cadena perpetua por secuestrar, violar y asesinar a la londinense Sarah Everard, es porque, pese a sus promesas de reconquistar la confianza del público, su futuro al frente de Scotland Yard está en juego.
La prestigiosa Policía Metropolitana de Londres se ve acusada de haber ignorado una serie de señales alarmantes sobre el comportamiento de ese agente de 48 años.
El 3 de marzo, Couzens, que había terminado de trabajar en la embajada de Estados Unidos esa mañana, secuestró a la ejecutiva de marketing de 33 años cuando volvía a casa de unos amigos de noche en el sur de Londres.
Simulando una detención por infringir el confinamiento contra el coronavirus, el policía le mostró su credencial, la esposó, la metió en su coche, la violó y la estranguló con su cinturón antes de quemar su cuerpo.
“Este hombre ha avergonzado” al cuerpo, afirmó Dick, y reconoció que se ha “dañado el vínculo de confianza” con los ciudadanos.
Pese a los llamados a su dimisión, la ministra del Interior, Priti Patel, reafirmó su confianza en la primera mujer que dirige la policía de Londres, cuyo mandato fue prorrogado recientemente.
Pero advirtió de que la institución tendrá que responder a “cuestiones serias”.
Couzens no fue investigado pese a varias alertas lanzadas en los años e incluso días anteriores a su crimen.
Tres días antes del secuestro de Everard, había sido acusado de exhibicionismo en un McDonald’s de Swanley, en el sureste de Inglaterra, y se había comunicado a la policía la matrícula de su automóvil.
El subcomisario de la Policía Metropolitana, Nick Ephgrave, también admitió que los controles previos a la incorporación de Couzens al cuerpo en 2018 no se habían hecho “adecuadamente”: un vehículo que él había utilizado fue identificado en otro caso de exhibicionismo en 2015 en la misma región pero su nombre no apareció en la investigación.
– Aprender la lección –
El secretario de Estado de policía, Kit Malthouse, declaró el jueves a la BBC que “una de las lecciones que tendremos que aprender” es “dónde fueron a parar esas investigaciones, por qué no hubo resultado”.
El diario The Times informa además de que Couzens supuestamente compartió contenidos misóginos, racistas y homófobos con colegas en un grupo de WhatsApp, que está siendo investigado por el servicio de deontología de la policía.
La polícia Parm Sandhu, ex alto cargo de Scotland Yard, denunció una cultura “muy sexista y misógina” en el seno de la policía.
El asesinato de Everard causó conmoción en el Reino Unido. Miles de mujeres denunciaron en las redes sociales haber sido amenazadas o agredidas en espacios públicos, y pidieron a los políticos que actuaran contra la violencia de género.
Otras mujeres fueron recientemente asesinadas en lugares públicos, como las hermanas Nicole Smallman y Bibaa Henry en un parque en junio de 2020, y el pasado septiembre Sabina Nessa, una profesora que se dirigía a un pub a cinco minutos de su casa.
En el primer caso, dos policías fueron acusados de falta grave por fotografiarse en la escena del doble asesinato y compartir las imágenes.
La policía londinense también fue criticada por su violenta intervención para disolver una concentración en homenaje a Everard, celebrada cuando las restricciones contra la pandemia prohibían este tipo de reuniones.
La policía londinense se ha comprometido a redoblar sus esfuerzos, desplegando cientos de agentes adicionales en lugares públicos y prometiendo revisar el modo en que trata este tipo de casos.
“Sabemos que tenemos que trabajar para reconstruir la confianza”, reconoció el jueves Ephgrave. “Haremos todo lo posible para conseguirlo”, subrayó.
