
Los rebeldes birmanos reafirman su lucha contra la dictadura tras reunirse con la junta
Bangkok, 13 dic (EFE).- Los grupos rebeldes que iniciaron una ofensiva en Birmania a finales de octubre, considerada la mayor amenaza al poder del Ejército desde el golpe de 2021, reafirmaron este miércoles su compromiso con erradicar la dictadura tras una reciente reunión con los militares mediada por China.
«Reafirmamos nuestro compromiso con poner fin a la dictadura militar. Se ha logrado un progreso significativo, pero para culminar nuestro objetivo se necesita más tiempo y esfuerzo. Nuestra dedicación es firme, nos debemos a toda la población de Myanmar», indica la cuenta de X (antes Twitter) de «Operación 1027».
La ofensiva fue bautizada así al ser lanzada el pasado 10 de octubre en el noreste del país por la Alianza de la Hermandad, formada por tres poderosas guerrillas, el Ejército Arakán (AA), el Ejército de Liberación Nacional Ta’ang (TNLA) y el Ejército para la Alianza Democrática de Birmania (MNDAA).
Tras afianzarse en el estado de Shan, limítrofe con China, la operación se fue expandiendo por otras zonas del norte, centro, oeste, este y sur del país -como Kayah, Sagaing, Mandalay, Bago, Mon, Rakáin, Chin, Karen y Bago-, mientras se sumaban otras milicias étnicas y las prodemocráticas fuerzas patrióticas de defensa (PDF).
Después de más de un mes de combates con el Ejército birmano (Tatmadaw), el portavoz de la junta, el general Zaw Min Tun, afirmó este lunes que representantes del régimen militar se reunieron recientemente con miembros de la Alianza de la Hermandad en una cita mediada por China, sin especificar cuándo se produjo el encuentro.
La reunión tuvo como objetivo «resolver políticamente la guerra en el norte del estado de Shan», el punto de origen del operativo, y Zaw Min Tun adelantó que las partes «volverán a reunirse a finales de diciembre, dependiendo del avance de las conversaciones».
Se desconocen, no obstante, los puntos negociados durante una reunión que China calificó de «positiva».
La relación entre China y el Ejército de Birmania, país con el que comparte 2.129 kilómetros de frontera, es compleja, pues si bien Pekín aumentó su influencia en el país vecino tras el golpe, algunas guerrillas -entre ellas implicadas en esta ofensiva- tienen una larga historia de alianza étnica, económica y militar con la potencia asiática.
La «Operación 1027» ha dejado al menos a medio millón de personas desplazadas, según los datos más recientes de las Naciones Unidas, y supone el mayor reto del Ejército birmano desde el golpe del 1 de febrero de 2021, que puso fin al Gobierno electo de la nobel de la paz Aung San Suu Kyi y agudizó las existentes guerras de guerrillas. EFE
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