
Más de 1.200 detenidos en Angola tras las protestas por el alza del precio del combustible
Luanda, 30 jul (EFE).- La Policía Nacional angoleña ha detenido a 1.214 personas en las últimas horas por su presunta implicación en actos de vandalismo durante las manifestaciones desatadas en Angola contra el aumento del precio del combustible.
Así lo anunció el portavoz de la Policía, el subcomisario Mateus Rodrigues, en una rueda de prensa ofrecida a última hora del martes, donde advirtió de que la cifra de arrestos podría aumentar a medida que avancen las investigaciones para identificar y responsabilizar a los implicados en disturbios y saqueos de bienes públicos y privados.
«Nuestras investigaciones están en curso y el mensaje que queremos dejar a la sociedad es de tranquilidad y paz», afirmó Rodrigues.
Los disturbios se registraron tras la huelga de los miniautobuses colectivos privados -conocidos localmente como taxis o ‘candongueiros’-, que son el medio habitual de transporte para gran parte de la población.
La huelga, convocada inicialmente para los días 28, 29 y 30 de julio, fue cancelada la noche del 28 por la Asociación Nacional de Taxistas de Angola (Anata), que condenó los actos violentos, después de que al menos cuatro personas murieran y varias resultaran heridas durante la primera jornada de protestas.
«Queremos reforzar nuestra condena social a los actos ocurridos en Luanda en las últimas 48 horas, porque de ninguna manera se puede entender que los actos perpetrados sean llamados o tratados como manifestaciones», declaró Rodrigues, según recogen medios locales.
A pesar de ello, el portavoz consideró que la situación es estable, aunque se registraron algunos incidentes: «Hoy nuestras fuerzas estuvieron mucho más atentas y mucho más cerca de los incidentes, que fueron reprimidos con fuerza», explicó.
Para dispersar las marchas desatadas el lunes en la capital angoleña, Luanda, la Policía empleó gases lacrimógenos y balas de goma y, según medios, también habría utilizado munición real en algunos casos, un extremo que, no obstante, el portavoz evitó confirmar en sus distintas comparecencias ante la prensa.
Rodrigues también lamentó la muerte en acto de servicio de un agente en la zona de Zango, en la provincia de Icolo e Bengo (oeste), en circunstancias que aún se investigan.
A principios de mes, el Gobierno angoleño elevó el precio del diésel, el combustible más usado para el transporte colectivo, de 300 kwanzas (0,29 euros) a 400 kwanzas (0,37 euros) por litro, lo que supone un incremento de más del 30 %.
Desde entonces, la capital angoleña ha sido escenario de protestas durante tres sábados consecutivos -los pasados días 12, 17 y 26-, convocadas por la sociedad civil y el movimiento estudiantil bajo el paraguas del bautizado como «Movimiento Contra el Aumento del Precio de los Combustibles».
Hace dos semanas, la organización Human Rights Watch (HRW) denunció que la Policía hizo un «uso excesivo» de la fuerza y llevó a cabo 17 detenciones arbitrarias al dispersar la protesta del pasado 12 de julio.
Según HRW, los agentes dispararon «de forma innecesaria» gases lacrimógenos y balas de goma, además de agredir a manifestantes, lo que causó varios heridos.
«Los angoleños deberían poder protestar pacíficamente contra las políticas del Gobierno sin ser recibidos con fuerza excesiva ni otras violaciones de sus derechos fundamentales», aseveró en un comunicado la directora adjunta para África de HRW, Ashwanee Budoo-Scholtz.
Aunque se han impulsado algunas reformas para adaptar la actuación policial a los estándares internacionales, la organización advirtió de que los abusos de las fuerzas de seguridad persisten. EFE
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