Más de 520 millones de niños vivían en 2024 en zonas de conflicto
Londres, 4 nov (EFE).- La cantidad de niños que viven expuestos a la violencia en zonas de conflictos armados supuso en 2024 una cifra récord de 520 millones de menores, cifra que por tercer año consecutivo marca un récord histórico, según el informe que desvela este martes la ONG Save the Children.
Esto supone que uno de cada cinco niños en el mundo vive en una zona de conflicto, siendo África la región más afectada, pues en ese continente viven 218 millones de niños expuestos a la violencia armada, es decir, un 32 % del total de la infancia en ese continente.
Cada día del año pasado se registraron una media de 78 niños y niñas víctimas de violaciones graves de sus derechos: asesinatos, secuestros, agresiones sexuales, mutilaciones, reclutamiento forzoso para el combate o ataques premeditados a sus escuelas.
Estas violaciones graves sumaron 41.763 casos verificados por la ONU en todo el mundo, que suponen un 30 % más que el año precedente.
Cuatro guerras o conflictos acaparan por sí solos la mitad de los casos de violaciones de derechos infantiles: los territorios palestinos, la República Democrática del Congo, Níger y Somalia, con los niños palestinos llevando la peor parte: uno de cada tres niños asesinado o mutilado en 2024 en el mundo era palestino.
Y se produce una terrible correlación entre violencia contra la infancia y gastos militares: los países con mayor cantidad de niños desprotegidos son a la vez los que más gastan en armamento.
Las perspectivas no son halagüeñas, porque los países ricos están reduciendo su financiamiento a la ayuda humanitaria, y la propia ONU está inmersa en un periodo de reformas y ahorros -el proceso conocido como UN80- que también dejará sin cubrir una parte de las protecciones actuales a la infancia en el mundo.
La directora ejecutiva de Save the Children International, Inger Ashing, recuerda que este informe son es una mera recopilación de cifras, por terribles que sean, sino que trata de personas con nombre y rostro, como Ali, un niño palestino desnutrido y ahora con osteomalacia o ‘enfermedad de los huesos blandos’ que le impide caminar; o Bahati, niña congolesa que tuvo que huir de su escuela atacada y desplazarse durante días con balas sobrevolando su cabeza.
«Se trata de las niñas y los niños de todo el mundo que viven y respiran terror, dolor, pena, hambre y sufrimiento», resumió Arshing.
La ONG hace finalmente un llamamiento a los Estados a que respeten el derecho internacional humanitario, aumenten la financiación específica para proteger a la infancia y garanticen la rendición de cuentas por las violaciones graves a sus derechos. EFE
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