
Nemmouche, de adolescente incontrolable a yihadista de sangre fría

Mehdi Nemmouche, acusado de matar a cuatro personas en el Museo Judío de Bruselas en 2014, pasó de ser un adolescente problemático a encadenar varias estancias en prisión, donde se radicalizó para convertirse en un yihadista con «voluntad de acero».
A sus 33 años, ese francés de origen argelino, fina barba y constitución atlética, criado en una familia de acogida, comparece a partir del jueves ante un tribunal de Bruselas, acusado de perpetrar el atentado de mayo de 2014.
De confirmarse su culpabilidad en la matanza a sangre fría cometida en menos de dos minutos, se convertiría en el primer combatiente yihadista de regreso de Siria en perpetrar un atentado en Europa.
Mehdi Nemmouche, que enfrenta el proceso junto a otro acusado, rechazó hasta ahora las acusaciones en su contra y prometió «colaborar» a finales de diciembre durante una vista preliminar.
Pero sólo debería hacer una referencia fugaz a su difícil infancia y a una carrera como delincuente reincidente que ya pasó un tercio de su vida en prisión. «No quiere exponerse a la emoción», confió a la AFP su abogado.
«Tiene una voluntad de hierro (…), integró desde hace tiempo los años de prisión que enfrenta» y lo vive «de manera increíblemente estoica», agrega Francis Vuillemin. Nemmouche rechazó someterse a una prueba psiquiátrica.
En otro caso abierto en Francia, el yihadista está acusado de retener como rehenes a cuatro periodistas galos en 2013 en Alepo (Siria). Tres de ellos, que lo reconocieron tras el ataque en Bruselas, confirman su perfil.
Los periodistas lo describen como un carcelero «violento, autoritario», que no escondía su admiración por Mohamed Merah. Este último asesinó en 2012 tres militares, así como tres menores y un padre judío, en el sur de Francia.
– ‘Incontrolable’ –
Nacido el 17 de abril de 1985 en Roubaix (norte de Francia) en una familia de argelinos emigrantes, Nemmouche no conoció a su padre y su madre «nunca fue apta» para ocuparse de él, según el perfil de los investigadores.
Con tres meses de edad, acaba en una familia de acogida en la cercana localidad de Lille hasta sus 16 años. Su vida es inestable con estancias difíciles en casa de sus abuelos el fin de semana y en orfanato de París.
Durante su adolescencia, Nemmouche es colérico, «incontrolable», en palabras de sus padres adoptivos, y «capaz tanto de lo mejor como de lo peor».
A los 13 años comete su primera infracción y, a los 16 años, descubre la prisión, donde pasa tres semanas por un atraco. Sus antecedentes aumentan con el paso de los años (infracciones de tráfico, robos con violencia, etc.).
Su abuela materna, con quien regresa a vivir, pierde su pista tras su segundo paso por prisión. En 2007, con 22 años, se marcha al sur de Francia con un diploma profesional de electrotecnia, pero vuelve a reincidir.
– ‘Un gran desperdicio’ –
Entre diciembre de 2007 y diciembre de 2012, pasa cinco años consecutivo entre rejas en el sur por un robo con violencia y armas en un concesionario de motos. Durante este período, abraza progresivamente el islam radical.
Tras la matanza de Bruselas, una abogada que lo defendió durante su etapa en el norte de Francia criticó la falta de seguimiento para explicar la deriva de «un joven inteligente» que quería salir adelante.
«Un gran desperdicio», lamentó a la AFP Soulifa Badaoui.
Durante esos cinco años, las autoridades remarcan el «proselitismo extremista» de un hombre que llama a menudo al rezo colectivo en prisión y evoca abiertamente la yihad con referencias al «genocidio de musulmanes de Bosnia» en 1995.
Cuando su abuela lo acoge de nuevo a finales de 2012, luce una barba y reza, algo inédito para ella. Rápidamente, pone rumbo a Siria, sin avisar a sus allegados, para unirse a un grupo de combatientes extranjeros.