Países Bajos permitirá quedarse a niño refugiado armenio tras una década de batalla legal
La Haya, 17 nov (EFE).- El niño armenio Mikael, nacido en Ámsterdam en 2012 y cuyo caso se convirtió en un símbolo del debate en Países Bajos sobre el trato a los menores sin estatus legal, podrá finalmente quedarse en el país junto a su madre, tras años de litigios y después de que el Servicio de Inmigración (IND) aceptara su nueva solicitud de residencia.
Hace apenas un año, el Gobierno neerlandés daba por hecho que el menor sería deportado a Armenia después de que el Consejo de Estado, el órgano contencioso más alto del país, avalara en 2023 la postura del Gobierno y concluyera que ni el niño, que ahora tiene 13 años, ni su madre tenían derecho a un permiso de residencia.
La familia había permanecido fuera del radar institucional durante más de tres meses, después de abandonar en 2015 el centro de acogida donde se estaban quedando, lo que les acabó excluyendo del conocido como “indulto infantil”, destinado a menores que llevan años viviendo en Países Bajos y para quienes este país es el único hogar conocido.
Mikael nació y creció en Países Bajos, estudia en un instituto neerlandés y nunca ha estado en Armenia, país que su madre abandonó en 2010 cuando pidió asilo en Países Bajos.
Su solicitud de residencia fue rechazada en varias ocasiones, pero decidió quedarse en el país mientras continuaba recurriendo la decisión.
La nueva decisión llega “debido a la relación con el padre de Mikael”, indicaron este lunes los abogados. Sus padres están separados y el padre sí contaba con un permiso de residencia neerlandés, lo que ha permitido reabrir el caso y reconsiderar la situación del menor.
“Mikael y su madre están felices y aliviados de poder por fin seguir con sus vidas y agradecidos por el apoyo que tanta gente les ha dado”, señalaron los abogados a la agencia neerlandesa ANP.
En abril de este año, el IND seguía manteniendo que el niño debía regresar a Armenia con su madre y la entonces ministra de Asilo y Migración, la ultraderechista Marjolein Faber, insistía en que no podía intervenir y que debía “garantizar el cumplimiento de las leyes y regulaciones” del acuerdo que permitió la formación de un gobierno con la derecha radical de Geert Wilders en verano de 2024.
La alcaldesa de Ámsterdam, Femke Halsema, llegó a pedir públicamente una reconsideración del caso: “Mikael es un niño de 11 años de Ámsterdam y pertenece a su grupo de amigos en la escuela. El deseo de tener menos migrantes nunca puede ser tan fuerte como para sacrificar a un niño que no conoce otro país más que este”.
El llamamiento no surtió efecto en ese momento y el menor seguía bajo la amenaza de expulsión, pero la alcaldesa celebró hoy la decisión en redes sociales: “Qué bien que llegue el fin de esta larga etapa de miedo e incertidumbre y que Mikael pueda centrarse en su futuro. Y por fin ser un adolescente neerlandés normal”.
El caso de Mikael generó una amplia movilización social.
Una petición que pedía permitir su residencia reunió unas 50.000 firmas y cuestionaba la dureza de la política migratoria del actual gobierno, que está en funciones desde que el pasado junio Wilders retirara a todos sus ministros precisamente por no lograr convencer a sus socios de coalición para endurecer aún más la política de asilo.
Con esta decisión del IND, la familia podrá regularizar su situación y permanecer en Países Bajos, poniendo fin a más de una década de incertidumbre, recursos judiciales y amenazas de deportación. EFE
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