
Pateras en el canal de la Mancha: la peligrosa ruta que quieren eliminar R.Unido y Francia
Londres, 10 jul (EFE).- La peligrosa inmigración que representan las pequeñas embarcaciones que cruzan casi diariamente el canal de la Mancha desde Francia al Reino Unido ha sido uno de los grandes ejes de la visita de Estado del presidente Emmanuel Macron a la isla.
El nuevo acuerdo de repatriación recíproco, por el que el Reino Unido devolverá a Francia a quienes crucen en patera el canal de la Mancha a cambio de recibir en su territorio a demandantes de asilo procedentes de Francia, supone un nuevo intento de atajar esta vía.
El aumento de los cruces, la peligrosidad de la ruta o los cambios legales para atajarla son algunas de las claves de este espinoso asunto que obliga a ambos países para desengrasar las relaciones post-Brexit.
Una ruta peligrosa
Los 33 kilómetros que separan la costa francesa de la británica suponen un peligroso reto para los migrantes que se atreven a atravesarlos, debido a las fuertes corrientes y las hostiles condiciones meteorológicas, unido al intenso tráfico de buques.
A eso se une la precariedad de las embarcaciones utilizadas, a menudo hinchables, que provocaron la muerte en 2024 de al menos 73 personas, según la Organización Internacional de la Migración.
Récord de cruces
Entre enero y junio de 2025, según datos del Home Office (Ministerio del Interior británico), llegaron al Reino Unido a través del canal de la Mancha 19.982 personas.
Esta es la cifra más alta para un primer semestre desde que se tienen registros y es un 50 % superior a la registrada en el mismo período el pasado año.
Este mismo jueves, mientras el primer ministro británico, el laborista Keir Starmer, y Macron terminaban de perfilar el acuerdo, más de 200 migrantes fueron rescatados por la guardia fronteriza y desembarcaron en el puerto de Dover (sur de Inglaterra), según medios británicos.
Cambios legislativos en Francia
Para dificultar que estas embarcaciones se hagan a la mar, París prepara una reforma del Código de Seguridad Interior para permitir a la Policía detener a los botes en sus aguas territoriales, incluido en zonas cercanas a la costa.
La BBC mostró la semana pasada imágenes de gendarmes franceses pinchando con cuchillos una lancha neumática en el agua a la que se estaban subiendo un grupo de inmigrantes irregulares, hasta ahora algo vetado en las normas francesas.
«Uno dentro, uno fuera»
Entre las conclusiones de esta cumbre bilateral, ambas delegaciones anunciaron este jueves un acuerdo de repatriación recíproca de migrantes, que ha sido denominado como «uno dentro, uno fuera».
Esto supone que por cada inmigrante deportado que haya ingresado en el Reino Unido atravesando de forma ilegal el canal de la Mancha, el Gobierno británico aceptará un solicitante de asilo con conexión familiar en el país que se encuentre en Francia.
«Los migrantes que llegan en pequeñas embarcaciones serán detenidos y devueltos a Francia en poco tiempo», dijo Starmer en la comparecencia junto a Macron.
¿Qué pasa después?
Según la legislación europea -Reglamento de Dublín III- los migrantes que llegan al continente deben solicitar asilo en el primer país que pisaron, por lo que, muchos de los deportadas a Francia deberán cursar las solicitudes de asilo a los países que los recepcionaron.
Países como Grecia, España o Italia son los que más migrantes irregulares reciben, según Frontex.
Las negociaciones sobre este mecanismo se iniciaron en abril de este año, aunque, según el Observatorio de la Migración de la Universidad de Oxford, la capacidad de devolución de personas que llegaron al Reino Unido en pequeñas embarcaciones es limitada y se cifra en aproximadamente 400 las deportaciones de este tipo realizadas entre 2018 y 2024. EFE
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