Pradales aboga por un nuevo liderazgo en la UE más proactivo y valiente basado en pactos
París, 18 nov (EFE).- El lehendakari del Gobierno Vasco, Imanol Pradales, abogó este martes en París por un liderazgo «nuevo y valiente» en la Unión Europea, que sea más proactivo para evitar que el club comunitario caiga en la irrelevancia y que se base en el «espíritu del pacto», incluido con los entes locales y regionales.
«Tenemos el deber de construir una cultura de estabilidad, diálogo y consenso. De valorar verdaderamente el ‘espíritu del pacto’, también con quienes ven el mundo de manera diferente. Ese es el nuevo y más fuerte liderazgo europeo del que hablo», declaró Pradales en una conferencia en Science Po, una de las instituciones más prestigiosas de educación superior de París.
Ese liderazgo «nuevo y valiente» debe poner en práctica soluciones compartidas y desarrollar todos los mecanismos que ofrecen los propios Tratados de la Unión Europea. «Un liderazgo nuevo, seguro de sí mismo y decidido a avanzar», remarcó el lehendakari ante los alumnos de la facultad de Ciencias Políticas.
«La solución está ahí. Una nueva forma de gobernanza es posible. Iría más lejos: es esencial. Solo hacen falta valor y determinación», insistió Pradales, al recalcar la necesidad de fomentar la «cultura del acuerdo» y tratar «a la sociedad como adultos maduros».
«Respeto, participación, transparencia y colaboración, en lugar de trincheras, insultos y confrontación», dijo.
Frente al populismo, Pradales instó a crear «más Europa, más democracia, más solidaridad, más bienestar», y abogó por responder a las «necesidades reales de la gente con empatía, cercanía y eficacia».
Desafío existencial
Y es que el lehendakari constata la existencia de un «enojo subjetivo» en la sociedad, incluido en el País Vasco, donde -dijo- la renta per cápita supera los 40.000 euros anuales, «más alta que la media europea», y dónde existe un Estado del bienestar «que nunca había alcanzado niveles tan altos como los actuales».
Estimó que, frente a ese descontento de amplios sectores de la sociedad, los políticos no están respondiendo adecuadamente, «y donde hay descontento, pueden crecer el populismo y la polarización».
La Unión Europea «está sintiendo esta presión» y «debe reaccionar, no de forma pasiva, sino con fuerza y unidad», subrayó Pradales, quien no tiene dudas de que «el desafío es actualmente existencial».
«Está en juego la supervivencia de Europa como actor global de primer orden. Necesitamos una Europa más fuerte y más unida. Una que haga frente al neoimperialismo y defienda el multilateralismo.Una Europa que hable con una sola voz en el escenario internacional, ya sea con Trump, Xi Jinping o Putin», defendió.
Advirtió que «si Europa se fragmenta, su credibilidad sufre», como quedó patente, por ejemplo, en la respuesta a la crisis de Gaza, que «mostró lo perjudicial que puede ser la falta de unidad».
Por eso, apeló a la voluntad política que hizo posible tomar decisiones como el apoyo a Ucrania, la mutualización de la deuda, la adquisición conjunta de vacunas contra la Covid-19 y los fondos Next Generation.
Ahora bien, afirmó que limitarse a reaccionar ante las crisis no es suficiente. «Necesitamos ser proactivos», subrayó, al preguntarse a qué está esperando la UE para reaccionar.
«El mundo de hoy exige más velocidad, intensidad y escala. El ritmo lento de la Unión Europea corre el riesgo de llevarla hacia la irrelevancia. Es momento de decidir: ¿queremos ser actores de nuestra historia o simples espectadores?», declaró.
El lehendakari instó a actuar ya para asegurar la autonomía estratégica en competitividad y seguridad integral, ya que el bienestar futuro depende de la reindustrialización europea y hay que «asumir riesgos».
Por ello, abogó por proteger industrias clave como el acero, la automoción o la energía, así como desarrollar sectores de la nueva economía: aeronáutica, biociencias, tecnología digital o redes inteligentes.
En términos de seguridad integral, Pradales defendió incluir la energía, la tecnología, el clima, la alimentación y la salud pública.
Para ello consideró que son esenciales tres pilares: la conectividad a todos los niveles -«Una Europa de nodos conectados, no periferias aisladas», dijo-; la integración del mercado sin barreras que frenen la innovación y la gobernanza para superar la regla de la unanimidad en la UE y los bloqueos por razones «egoístas».
Pidió igualmente aprovechar e impulsar los proyectos de interés común que ya existen, ir más lejos en la reforma de la Política Agrícola Común y, especialmente, que se desarrolle una gobernanza multinivel real, que tenga en cuenta más a los gobiernos locales y regionales.
«Necesitamos la codecisión en todos los niveles: político y financiero (…) Europa no puede ser solo un ‘club de Estados’, debe ser una unión de naciones, incluidas las que no tienen Estado, como Euskadi», concluyó. EFE
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