
Sara Duterte celebra la anulación de su proceso de destitución por el Supremo filipino
Manila, 25 jul (EFE).- La vicepresidenta de Filipinas, Sara Duterte, celebró este viernes la anulación de su proceso de destitución por orden del Tribunal Supremo, un caso en el que se jugaba su futuro político tras ser acusada de corrupción y uso indebido de fondos reservados de inteligencia.
«Acogemos con satisfacción la sentencia del Tribunal Supremo que declara inconstitucionales los artículos de acusación contra la vicepresidenta», indicó el equipo legal de Duterte en un comunicado.
La decisión este viernes del máximo organismo judicial del archipiélago «confirma lo que hemos sostenido desde el principio», añadió la defensa de la vicepresidenta.
El Tribunal Supremo decidió por unanimidad que la cámara baja del Congreso violó la norma constitucional que impide presentar más de un proceso de destitución contra un oficial en el plazo de un año.
La corte «no exime a la vicepresidenta Duterte de ninguno de los cargos que se le imputan», explicó el Supremo en un comunicado, pero decretó que no se podrán presentar nuevos procesos de destitución hasta el 6 de febrero de 2026.
La Cámara de Representantes dio el visto bueno al proceso de destitución el pasado febrero, acusándola, entre otros cargos, de corrupción y de utilizar de forma indebida 612 millones de pesos (casi 11 millones de dólares) procedentes de fondos reservados.
Esta decisión abrió las puertas a un juicio político ante el Senado en el que la hija del expresidente Rodrigo Duterte, encarcelado en La Haya a la espera de ser juzgado por la Corte Penal Internacional (CPI) por crímenes contra la humanidad, se jugaba su futuro político.
De ser encontrada culpable de alguno de los cargos, la vicepresidenta, cuyo cargo se elige en las urnas, habría sido inhabilitada en la función pública de por vida, quedando por tanto excluida su posible candidatura en las elecciones presidenciales de 2028.
«Reconocemos la decisión del Tribunal Supremo que declara inconstitucionales los artículos de acusación», indicó en un comunicado el Senado.
La cámara alta del Congreso, muy dividida respecto al juicio político y con varios senadores afines a la vicepresidenta, reivindicó su «prudencia y moderación» en un proceso criticado por la oposición debido a los múltiples retrasos que se han ido produciendo.
La Cámara de Representantes, que inició el proceso de destitución, se mostró mucho menos satisfecha con el resultado.
«La Cámara agotará todos los recursos para proteger la independencia del Congreso y preservar la santidad de nuestra función constitucional», indicó en un comunicado, después de advertir que «permitir la injerencia judicial en el inicio de este proceso» pone en riesgo el balance de poderes en Filipinas.
El proceso de destitución y la disputa abierta entre la vicepresidenta y el presidente, Ferdinand Marcos Jr., ha dominado desde hace meses la política filipina, mientras el mandatario ha insistido en que se encuentra al margen del proceso a pesar de que fue lanzado por sus aliados.
«Hacemos un llamamiento a todos para que respeten al Tribunal Supremo y depositen su confianza en nuestras instituciones», urgió en un comunicado la oficina de Marcos Jr. EFE
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