
Una artista andaluza lleva a Bruselas la memoria de los pueblos inundados en El Porma
Sara Morato Núñez
Bruselas, 12 jul (EFE).- La artista andaluza Amor Aguaded (Huelva, 1987) lleva a Bruselas casi medio siglo después la memoria los pueblos inundados bajo el pantano de El Porma (León, Castilla y León) en 1968 con la exposición fotográfica ‘Habitar lo invisible’, una muestra que evoca la «pérdida del origen» y «el peso de las raíces».
La curiosidad de Aguaded por estas historias surgió gracias a los relatos de su abuela, una de las afectadas por las inundaciones que se vio obligada a abandonar su pueblo, Campillo, y comenzar una nueva vida en el sur, en Andalucía, según contó la onubense a EFE.
La muestra estará expuesta hasta el 18 de septiembre en la Embajada de España en Bélgica.
Arte y memoria
La también traductora y actual profesora de español en la Escuela Europea de Bruselas desarrolló junto al fotógrafo Pablo Garrigós (Valencia, 1988) un proyecto que, con una mirada artística y «casi onírica», rescata la memoria de los pueblos inundados y destaca su resiliencia.
Para ello, visitaron en 2022 la Romería de Pardomino, junto al pantano, un encuentro anual en el que los vecinos de estos lugares desaparecidos hacen un «viaje en el tiempo» y conmemoran, para que nunca se olviden, las costumbres de los pueblos hundidos, homenajeando a los mayores y haciendo testigos a las nuevas generaciones.
«Desde el primer momento las familias están muy abiertas a que llegue gente nueva a descubrir su historia. Lo más importante que tienen ahora es su memoria, y quieren mantenerla», explicó Aguaded.
‘Habitar lo invisible’
Tal vez, uno de los aspectos que más llamen la atención de la muestra sea precisamente el título que recibe, ‘Habitar lo invisible’.»Es también algo metafórico que se refiere a ese sentimiento de habitar lugares que suponen muchas cosas más allá que solo el plano físico», argumentó Aguaded.
La exposición realiza un recorrido que enfrenta al público al «dolor» de los pueblos en los que solo quedan árboles hundidos y restos arquitectónicos para después mostrar imágenes de los jóvenes bailando en la romería, trajes típicos y maleteros repletos de comida y bebida.
Por ello, escogieron el formato analógico para las veinticuatro fotografías que componen la muestra, una elección en absoluto casual, ya que es un formato que iba «a permitir trabajar con un ritmo pausado y reproducir ese universo de la manera más fiel posible, como si hubiésemos estado allí en los años 60», indicó Garrigós.
También contiene otras propuestas artísticas, como fotografías de los pueblos sumergidas en estructuras de agua o un mapa interactivo en el que los visitantes podrán exponer la distancia emocional que sienten respecto a su país de origen, evocando también esa emoción de «desarraigo».
Pérdida de los orígenes
El sentimiento de pérdida de sus orígenes que pudieron experimentar quienes se vieron obligados a abandonar sus hogares tras las inundaciones es compartido por ambos artistas, que, como tantos otros jóvenes, dejaron su país en busca de trabajo en el extranjero.
Las contradicciones de habitar «un lugar que no es tu hogar», encontrar dificultades para volver a los orígenes y el desarraigo que ello conlleva son experiencias, según los artistas, «universales, compartidas por mucha gente y que conectan bien con la gente de los pueblos» y también de Bruselas, «que tiene a gente de muchos sitios con experiencias distintas».
Por todo ello, ‘Habitar lo invisible’ consigue homenajear «tantas historias sumergidas bajo el agua» a través de un proyecto «emotivo», que busca plantear preguntas entorno al desarraigo, rinde homenaje, como si de un «álbum de familia» se tratase, a los vecinos afectados y reproduce desde una mirada fiel un pasado desaparecido. EFE
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