
Varios diputados británicos piden una ley para despojar al príncipe Andrés de su ducado
Londres, 20 oct (EFE).- Varios diputados británicos elevaron este lunes la presión sobre el príncipe Andrés al pedir una ley que permita al Parlamento retirarle su ducado, que conserva pese a haber renunciado el viernes al uso del título, tras su implicación en polémicas y las acusaciones de presunto abuso sexual de Virginia Giuffre.
La diputada laborista Rachael Maskell pidió al Gobierno que respalde una proposición de ley que daría competencias a la Cámara de los Comunes (baja) para revocar formalmente títulos, al margen de lo que decida la familia real.
«Cada vez que el asunto resurge (en alusión al caso de Giuffre), debe de ser muy traumático para las víctimas y supervivientes, así que es importante que se resuelva de una vez por todas», dijo a ‘The Guardian’.
Su colega Nadia Whittome añadió que «debería darse por hecho que el Estado pueda retirar los títulos de Andrew Mountbatten-Windsor, en lugar de permitir que se esconda tras una renuncia voluntaria y declaraciones ambiguas que culpan a sus denunciantes».
En el diario ‘The Daily Telegraph’, el portavoz en los Comunes del Partido Nacional Escocés (SNP), Stephen Flynn, afirmó que «no hay justificación posible para que el Gobierno no actúe de inmediato» para impulsar la legislación pertinente.
No obstante, la ministra de Educación, Bridget Phillipson, indicó este lunes que el Ejecutivo laborista está satisfecho con las medidas tomadas por el rey Carlos III, que forzó a su hermano a renunciar públicamente a esos privilegios.
«No es una cuestión del Gobierno. Lo que la familia real ha hecho hasta ahora es lo correcto», declaró la ministra a Sky News.
«Nos guiaremos por la familia real en este asunto, y me imagino que la familia real querría que el Parlamento siguiera dedicando su tiempo a nuestro programa legislativo, pero seguiremos la orientación del monarca», agregó.
El hermano del rey Carlos III anunció el viernes en un comunicado que renunciaba a emplear sus títulos y honores reales para evitar que las acusaciones que versan sobre él «distraigan» del trabajo de la familia real británica, aunque reiteró su inocencia.
Entre los títulos que deja se encuentran el de duque de York y el de miembro de la llamada Orden de la Jarretera, si bien retiene el de príncipe, que recibió de nacimiento al ser el tercer hijo de la fallecida reina Isabel II y que en principio solo el soberano podría anular.
Su exmujer, Sarah Ferguson, tampoco seguirá utilizando el trato de duquesa de York, pero sus hijas, Beatriz y Eugenia, mantendrán el título de princesas.
El hasta ahora duque de York se vio involucrado en los últimos años en numerosas polémicas por su relación con el pederasta convicto estadounidense Jeffrey Epstein, que murió en 2019 en prisión, y con un presunto espía chino.
Pero las acusaciones más graves son su presunto abuso sexual de Giuffre cuanto ésta tenía 17 años y estaba coaccionada por Epstein y su colaboradora Ghislaine Maxwell, condenada en Estados Unidos por tráfico sexual de menores.
La publicación este martes, con extractos previos en la prensa, de un libro póstumo de la víctima, que se suicidó el pasado abril con 41 años, volvieron a poner en el punto de mira a Andrés, que en 2019 ya se retiró de la vida pública y perdió el tratamiento de alteza real a raíz de este caso.
Tras las revelaciones en varios medios, la Policía de Londres (Met, en inglés) confirmó el domingo que investiga además la posibilidad de que el príncipe recurriera en 2011 a sus contactos en el cuerpo para hurgar en el pasado de Giuffre.
El tabloide ‘Mail on Sunday’, que publicó hace años la polémica foto del príncipe con la joven en una vivienda de Londres, aseguró que Andrés pidió en 2011 a un guardaespaldas de su servicio de protección oficial que investigara a la estadounidense, después de proporcionarle la fecha de nacimiento y el número de la seguridad social.
En sus memorias ‘Nobody’s Girl: A Memoir of Surviving Abuse and Fighting for Justice’, que se publica mañana en el Reino Unido, Virginia Giuffre relata cómo fue captada por Epstein, influyente financiero, y Maxwell, heredera británica, y traficada entre la élite política y social. EFE
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