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Diez años después de las filtraciones de Snowden, más datos y más controles

Edward Snowden habla por videoconferencia en 2016 afp_tickers

En 2013, Edward Snowden hizo estallar un escándalo al revelar que el enorme aparato de espionaje estadounidense intervenía comunicaciones y recolectaba datos de personas de todo el mundo, desde simples publicaciones en redes sociales hasta llamadas de la canciller alemana Angela Merkel.

El contratista de inteligencia demostró que nadie estaba a salvo de las interceptaciones de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), y mucho menos los estadounidenses, cuyas comunicaciones privadas son supuestamente protegidas por la Constitución.

Diez años después, Snowden vive exiliado en Moscú y la inteligencia estadounidense aún recolecta enormes cantidades de información privada almacenada y transmitida electrónicamente.

Pero sus revelaciones tuvieron un impacto duradero, al impulsar la protección de la privacidad en Europa y Estados Unidos y acelerar el uso de encriptación.

Tras las filtraciones “se produjo un histórico debate en casi todas las democracias occidentales sobre la relación entre los ciudadanos y los programas estatales de vigilancia masiva, sobre si la supervisión de esos programas era adecuada”, dijo Ben Wizner de la oenegé American Civil Liberties Union y abogado de Snowden.

– Red global de recopilación de datos –

Snowden, un joven administrador de sistemas de la NSA de 29 años, descargó miles de documentos de la NSA y la CIA que mostraban el alcance de la red mundial de recopilación de datos que se puso en marcha tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.

Los documentos que entregó a periodistas en encuentros secretos en Hong Kong mostraron cómo la inteligencia estadounidense trabajaba con el GCHQ británico y otras agencias para crear archivos sobre miles de millones de personas sin ningún motivo de sospecha.

Evidenciaron que Estados Unidos era capaz de poner bajo escucha los teléfonos de líderes aliados y que la NSA disponía de un programa llamado Prism que recolectaba datos de gigantes de Internet como Google y Facebook, con y sin su acuerdo.

La NSA recopiló datos de llamadas del principal proveedor de telefonía móvil, Verizon, y rastreó recurrentemente los datos de empresas públicas, hospitales y universidades.

También reveló que el servicio de inteligencia británico GCHQ captó, con la ayuda de la NSA, todo el tráfico que circulaba por los mayores cables submarinos de comunicaciones mundiales.

La GCHQ además tomó subrepticiamente millones de fotos de las cámaras de ordenadores de gente común mientras estaban en los chats de webcam de Yahoo.

El problema, dijo Snowden, no fue la justificación de la lucha contra el terrorismo, si no que había programas secretos virtualmente sin límites.

– Indignación –

Las revelaciones indignaron al público, pero también a la inteligencia estadounidense, que acusó a Snowden de devastar los programas antiterroristas y ayudar a los enemigos de Estados Unidos.

Las agencias de espionaje rechazaron sin embargo enumerar el daño causado, y advirtieron únicamente que su vigilancia permitía prevenir decenas de ataques.

En 2016, el director nacional de inteligencia James Clapper lamentó que Snowden volviera mucho más difícil el trabajo de la NSA al empujar a las empresas de Internet y comunicaciones móviles, a los creadores de aplicaciones y otros a encriptar sus servicios.

Para Wizner, la filtración reforzó las libertades civiles, aunque cada vez más empresas de Internet recopilen datos de los usuarios.

Snowden obligó a la Casa Blanca, al Congreso y a las cortes a revertir el curso de las actividades de espionaje que habían aprobado en secreto, a revisar las competencias de la NSA y a cancelar algunos programas.

“El Congreso, por primera vez desde 1970, legisló para reducir en lugar de ampliar las autoridades de vigilancia”, dijo Wizner.

En 2018, la Unión Europea puso en marcha el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), con el objetivo de limitar las posibilidades de que empresas estadounidenses como Google o Facebook colecten y hagan un uso libre de los datos de los usuarios.

“Las revelaciones de Snowden sobre la vigilancia mundial afectaron tangiblemente al debate sobre la privacidad en Internet en Europa”, escribió Gus Rossi, director de Responsible Technology y del Grupo Omidyar.

En virtud del GDPR, el mes pasado Meta, propietaria de Facebook, fue multada por Irlanda con 1.200 millones de euros (1.300 millones de dólares) por violar la protección de datos de la UE, ya que los datos que recopila de usuarios europeos y transfiere a Estados Unidos no estaban a salvo de la NSA y la CIA.

– Exilio en Moscú-

Ahora con 39 años, Snowden sigue abogando por más protecciones a la privacidad. Vive en Moscú con su esposa estadounidense y sus dos hijos, nacidos en Rusia, y vive de conferencias y consultorías privadas.

No puede salir de Rusia al no disponer de otro refugio y es buscado por Estados Unidos por delitos graves tipificados en la Ley de Espionaje.

“Preferiría estar en otro lado. Y ambos quisiéramos que hubiese otra opción que una celda en una cárcel de máxima seguridad o vivir en Rusia”, dijo Wizner.

Marcy Wheeler, periodista independiente especializada en la relación entre inteligencia y ley, es más escéptica sobre los logros de las revelaciones hechas por Snowden.

La NSA simplemente consigue lo que necesita “por otros medios”, dijo.

“La vigilancia más importante, dirigida a los estadounidenses… la lleva a cabo el FBI y, con aún menos supervisión, los estados y las localidades”, agregó.

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