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El ministro de Hacienda de Brasil defiende sus ajustes contra viento y marea

El ministro brasileño de Hacienda, Henrique Meirelles, en rueda de prensa en Brasilia, el 21 de diciembre de 2016 afp_tickers

El ministro de Hacienda de Brasil, Henrique Meirelles, aseguró este miércoles que las recetas de austeridad permitieron echar las bases para un “crecimiento sustentable”, aunque los resultados tarden en llegar y se multipliquen las señales de impaciencia.

Según el gobierno, el PIB de la mayor economía latinoamericana crecerá 1% en 2017, después de dos años de recesión. El mercado, por su lado, prevé un crecimiento de apenas 0,58%, según la última encuesta Focus, realizada semanalmente por el Banco Central.

“Existen posibilidades, aunque con incertidumbres, de que los números del primer trimestre de 2017 sean positivos. Pero no contamos necesariamente con ello”, reconoció el ministro en una rueda de prensa en Brasiia.

Pero Meirelles está convencido de que la poción amarga administrada hoy a los brasileños tendrá su recompensa.

“Brasil está haciendo los deberes (…). Estamos estableciendo las bases para una administración fiscal responsable de Brasil, por lo menos para los próximos 10 años”, subrayó.

El gobierno conservador de Michel Temer, quien asumió este año tras la destitución de la izquierdista Dilma Rousseff, impulsa un severo ajuste que incluye el congelamiento del gasto público por las próximas dos décadas.

Esta medida fue aprobada la semana pasada por el Congreso, en una importante victoria para el gobierno, que debe capear la peor recesión en más de un siglo: el PIB brasileño cayó 3,8% en 2015 y la contracción se prevé en 3,5% este año.

“Fueron unos meses de gran avance, una señal de que el país está enfrentando cuestiones fundamentales y eso va a crear condiciones de crecimiento sustentable”, insistió el titular de Hacienda.

– Desafiado por el Congreso –

La reforma del llamado “techo del gasto” fue aprobada cómodamente en el Congreso.

Pero el gobierno sufrió el martes su primera derrota en el Legislativo, cuando la Cámara de Diputados aprobó una ley que permite a los Estados que se declaren en “estado de calamidad” -como ocurrió este año con Rio de Janeiro, entre otros-, renegociar sus deudas con la Unión.

Y podrán hacerlo sin las contrapartidas espefícicas que exigía de Ejecutivo, como la prohibición de crear nuevos cargos o aumentar los salarios de funcionarios públicos.

Meirelles advirtió que Temer puede vetar esa ley y que de todas formas los planes de recuperación de los Estados deberán contar con el aval de su cartera para acceder a la negociación de sus deudas.

Después del gesto de desafío de la Cámara, Temer insistió en la necesidad de “contrapartidas”. “Cada Estado tendrá que reducir sus gastos para compatibilizarse con las exigencias de la Unión”, recalcó.

Temer, con un índice de popularidad de apenas 10% y un gobierno cercado por las acusaciones de corrupción del escándalo Petrobras, pretende completar el mandato de Rousseff, hasta fines de 2018, y entregar un Brasil con las cuentas saneadas a su sucesor. Sus principales apoyos han sido hasta ahora los mercados y la amplia base parlamentaria que votó por el impeachment de Rousseff.

Ello le permitió obtener la semana pasada la aprobación, sin mayores dificultades, del proyecto de presupuesto de 2017, que prevé un resultado primario (antes del pago de intereses de la deuda) con un déficit de 139.000 millones de reales (40.500 millones de dólares), equivalente al 2,04% del PIB.

El déficit primario acumulado en doce meses llegaba en octubre de este año 137.000 millones de reales (2,23% del PIB).

– Otras reformas estructurales –

Meirelles recordó que Brasil seguirá en un “proceso continuo” de reformas estructurales.

La próxima es la polémica reforma del sistema de jubilaciones, que endurece las condiciones de acceso completo al derecho de retiro.

Este cambio es “fundamental para que el límite (del gasto público) sea sustentable” y para que el sistema de jubilaciones también lo sea, “para que todos reciban su jubilación”, reafirmó el ministro.

Después de esas reformas y gracias a la desaceleración de la inflación (6,99% en doce meses en noviembre, después de haber cerrado 2015 en 10,67%), el paso siguiente consistirá en implementar medidas microeconómicas para mejorar la productividad, agregó Meirelles.

Esas medidas incluyen la regularización de deudas tributarias de empresas y personas, incentivo al crédito inmobiliario, facilidades de crédito para pequeñas y medianas empresas, así como la “desburocratización” del proceso para pagar impuestos.

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