Aumentan a 35 los muertos por un corrimiento de tierra tras fuertes lluvias en Kenia
Nairobi, 6 nov (EFE).- El Gobierno de Kenia informó este jueves de que aumentó a 35 el número de personas muertas por un corrimiento de tierra provocado por las fuertes lluvias caídas en la noche del viernes pasado en el condado de Elgeyo Marakwet (oeste), donde permanecen desaparecidas 16 personas y prosiguen las labores de rescate.
Las intensas precipitaciones ocasionaron deslizamientos de tierra, desprendimientos de rocas e inundaciones en varias zonas del condado, arrastrando escombros hacia aldeas e inundando las zonas bajas del valle de Kerio.
«Hasta la fecha, se han recuperado 35 cuerpos, mientras que 4 personas afectadas por el deslizamiento han sido dadas de alta y otras 9 permanecen hospitalizadas, recibiendo atención médica integral y apoyo psicosocial. Con profundo pesar, se informa de que 16 personas siguen desaparecidas», detalló el portavoz del Gobierno, Isaac Mwaura, en un comunicado.
«El Gobierno y todo el equipo interinstitucional mantienen su compromiso de hacer todo lo posible por localizarlas y brindar cierre a las familias afectadas», agregó Mwaura.
Asimismo, informó de que las inundaciones también afectaron al condado de Trans Nzoia (oeste), donde 6.318 hogares resultaron damnificados y 637 personas fueron desplazadas.
Desde el pasado fin de semana, las autoridades han movilizado helicópteros militares y policiales para atender emergencias en la zona del desastre, donde han repartido alimentos y artículos de primera necesidad valorados en 29 millones de chelines kenianos (unos 194.000 euros, unos 220.000 dólares).
«Sin embargo, persisten graves carencias en servicios de agua, saneamiento e higiene, refugio, apoyo psicosocial, esfuerzos de recuperación y medidas de resiliencia a largo plazo», lamentó Mwaura.
Los deslizamientos de tierra, también conocidos como aludes de lodo, son movimientos rápidos de suelo, rocas y escombros saturados de agua que se desplazan ladera abajo.
En Kenia suelen producirse cuando el suelo se vuelve inestable y no puede soportar su propio peso en laderas empinadas o zonas montañosas, y pueden causar daños importantes a viviendas, carreteras e infraestructuras. EFE
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