«Calcetines rojos»: la derecha alemana agita el fantasma de la izquierda en el poder
Atención con los «calcetines rojos»: los conservadores alemanes de Angela Merkel, en dificultades a menos de dos semanas de las elecciones, juegan sus últimas cartas agitando el fantasma de la llegada al poder de una coalición de izquierda.
Fue el excanciller conservador Helmut Kohl quien hizo campaña en 1994 con ese lema tomado del apodo dado a los jerarcas más impopulares del antiguo Partido Comunista de la Alemania Oriental.
El gran artífice de la reunificación del país centroeuropeo en 1990 advirtió entonces contra una posible entrada en el parlamento de exmiembros de la formación comunista de la antigua RDA.
Veintisiete años después, los «calcetines rojos» vuelven a estar en la prensa alemana, con la proximidad de las elecciones del 26 de septiembre que, según las últimas encuestas, podría poner al Partido Socialdemócrata (SPD) y a su líder, Olaf Scholz, al frente del nuevo gobierno.
– «Deshonesto» –
Una victoria de los socialdemócratas, socios minoritarios en la coalición de Merkel desde 2013, marcaría una ruptura tras 16 años de poder dominado por la derecha.
Scholz, actual vicecanciller y ministro de Finanzas, se convertiría en el primer jefe de Gobierno socialdemócrata desde Gerhard Schröder, quien estuvo en el cargo entre 1998 y 2005.
Un triunfo del SPD conllevaría una miríada de fuerzas políticas, probablemente entre tres partidos, según los sondeos: los socialdemócratas, los Verdes y la izquierda radical Die Linke.
Un escenario que desbancaría del poder a los conservadores, quienes han caído a su nivel histórico más bajo hasta el 21% frente al 25% del centroizquierda.
Heredero del Partido Comunista de Alemania Oriental, Die Linke aboga por la disolución de la OTAN y se opone a las intervenciones militares alemanas en el exterior.
Para remontar en las encuestas ante Scholz, quien no ha descartado de momento alcanzar un acuerdo con Die Linke, el impopular Armin Laschet, suscita el miedo frente a esta posible coalición de izquierda.
Laschet acusó a su principal rival de ser «deshonesto» con los votantes al preparar tras bambalinas, según él, una alianza con la izquierda radical.
El espantapájaros agitado por los conservadores pretende «movilizar a los partidarios» de la CDU-CSU, explica a la AFP el politólogo Gero Neugebauer.
El propio partido Die Linke se muestra a favor de participar en el futuro equipo, junto con los socialdemócratas y los verdes.
De la política social a la inmigración, pasando por el clima, los tres partidos de izquierdas tienen más en común, según el líder de Die Linke, Dietmar Bartsch, que el SPD con los liberales del FDP, otra posible coalición.
– Grandes cambios –
Pero las posiciones defendidas por Die Linke en materia diplomática y militar hasta ahora han hecho que cualquier coalición de izquierdas sea poco realista.
Scholz no elimina formalmente tal escenario, pero ha establecido líneas claras, incluido el apoyo a la OTAN y las operaciones extranjeras.
La ambigüedad cultivada por Scholz es también un medio de «presionar al FDP, que absolutamente quiere gobernar», precisa Neugebauer.
¿El regreso de la izquierda a la cancillería marcaría una ruptura en Alemania? No es tan seguro.
Scholz, antiguo alcalde de Hamburgo, es una figura del ala derecha del SPD y hace campaña tratando de presentarse como el verdadero heredero de la canciller, con quien comparte el rumbo centrista en el plano político.
«Espero de un gobierno encabezado por el canciller Scholz la continuidad que siempre ha acompañado a los cambios de gobierno en este país. Esto se aplica a la política exterior, europea y de seguridad», señala Paul Nolte, profesor de la Universidad Libre de Berlín.
Scholz sacó la «bazuca» del gasto público durante la pandemia de covid-19, pero ya ha advertido que Alemania debería volver al rigor presupuestario a partir de 2023.
Sin embargo, podrían iniciarse cambios importantes en materia climática y de transporte, indica Nolte. Además, el SPD quiere aumentar el salario mínimo o introducir un impuesto sobre el patrimonio.
Una posible coalición de izquierda «ciertamente querría mostrar cómo su nueva agenda (de reformas) es diferente de las coaliciones anteriores», predice el politólogo Tarik Abou-Chadi del Nuffield College de la Universidad de Oxford.