América Latina, una “atracción fatal”
“Mi identidad cultural está fuertemente enraizada en este país, Suiza, donde nací, crecí, me eduqué”, señala el embajador Walter Suter.
Advierte que, empero, “el deseo de conocer otros países y compartir diferentes visiones y ciertos valores culturales, siempre ha sido una cosa muy atractiva para mí… A veces hablo de atracción fatal en el caso de América Latina, pero fatal en el sentido realmente positivo”.
Y es que en esa amplia región del Nuevo Mundo que nace en el Río Bravo y se extiende hasta la Patagonia, Walter Suter pasó la mayor parte de su carrera diplomática. Asistió a momentos decisivos para la región, tomó parte en procesos claves y fortaleció su propia formación política.
Nuestro interlocutor vivió -aunque con interrupciones- 37 años en diversos países de la América Latina: Argentina, Uruguay, Chile, Paraguay y Venezuela. Un amplio espacio a lo largo del cual pudo advertir que los pueblos de la región mantienen una voluntad de emancipación.
“He percibido, en todos los países donde estuve, la voluntad de autodeterminarse un poco más, de recobrar un tipo de dignidad. Dignidad de ser ellos mismos”. Y ese, agrega el embajador, es un derecho de esos pueblos y un derecho que Suiza reclama también.
“Por eso tenemos mucha comprensión por todos estos movimientos que tratan de encontrar el camino y llegar a la meta que persiguen: Ser un país soberano, autodeterminado, independiente, pero también respetuoso de las diferencias de otros y esperando tener el respeto de los otros por sus diferencias propias”.
Venezuela, foco de interés
Para el diplomático suizo un proceso semejante está en curso. “Creo que actualmente estamos dando otro paso decisivo en ese camino. No sabemos todavía cómo va a terminar pero me parece que se va a dar”. En ese sentido, manifiesta su convicción de que en todo el continente se sigue con interés lo que está sucediendo en Venezuela.
Considera que el país bolivariano vive un proceso ‘sui generis’ que se inscribe dentro de un cambio latinoamericano. “Veo ahí la continuación de un proceso muy, muy largo que posiblemente haya tenido sus inicios a finales de los años 60, 70 con otras formas: con represiones muy fuertes”.
Ahora, puntualiza, “parece que por la vía legal, constitucional, el proceso está retomando vida y se está llevando adelante de manera pacífica”.
Walter Suter destaca el hecho de que ese cambio se produzca en un contexto en el que han sido elegidos diversos gobiernos socialistas. “Hoy hay una concentración de gobiernos más bien de izquierda tan grande como nunca ha habido en el continente. Y pienso que eso, de alguna manera, anuncia también un cambio significativo”.
¿Y un cambio semejante puede despertar temores en Suiza?
“No. No hay ningún temor en Suiza, porque mientras los gobierno se manejen dentro de un marco constitucional de estado de derecho, sea la que sea la orientación ideológica, no tenemos problema con eso. De ninguna manera”. Suiza, enfatiza nuestro entrevistado, respeta procesos autóctonos.
Advierte el embajador que, naturalmente, la Confederación Helvética sigue con atención los desarrollos que puede haber. “A veces parece haber unos deslices con, por ejemplo, la libertad de expresión”. En tales casos, Suiza recurre a al diálogo político. “Manifestamos nuestra posición y nuestro interés en seguir cooperando con ellos en el marco de las respectivas y recíprocas consideraciones y del respeto del marco constitucional y del estado de derecho”.
“América Latina, no la más pobre…”
A la interrogante sobre el desafío fundamental para América Latina, el diplomático suizo responde que es encontrar el camino constitucional, legal, para realizar cambios fundamentales, asignaciones pendientes de todos los países, asignaciones pendientes reconocidas por la mayoría de todas las fuerzas políticas de un lado y otro.
“Es decir, cerrar un poco la muy importante brecha que hay entre los ricos y los pobres, para decirlo de una manera fácil”.
En ese orden de ideas, Walter Suter recuerda lo dicho por el presidente chileno Ricardo Lagos, hace cuatro años en Cancún:
“El continente latinoamericano no es el más pobre, pero sí el más injusto”.
swissinfo, Marcela Águila Rubín
América Latina es un gran subcontinente que se extiende desde el Río Grande hasta la Tierra del Fuego y tiene cerca de 450 millones de habitantes.
En la región hay importantes diferencias políticas, económicas y socioculturales. Para realizar una cooperación útil y eficaz la Agencia Suiza para el desarrollo y la Cooperación (COSUDE) ha decidido concentrar sus actividades en un número limitado de países y de dominios.
La lucha contra la pobreza es siempre el objetivo central de nuestro trabajo:
Se trata de ofrecer a los pobres la posibilidad de encontrar una ocupación útil en la economía que les permita defender sus intereses y sus derechos.
La erradicación de la pobreza pasa inevitablemente por la eliminación de la pobreza relativa que resulta de la desigual distribución de las riquezas.
Fuente: COSUDE
Suiza mantiene muy buenas relaciones con todos los países de América Latina.
Son vínculos que proceden, en primer lugar, de la emigración suiza
a diversos países de esa región.
Existe también una cercanía cultural muy particular en los países donde hay Colegios Suizos: México, Colombia Perú, Chile, Brasil.
Los Colegios Suizos han demostrado ser unos embajadores auténticos, unos multiplicadores para la transmisión de ideas, valores, cultura suizos.
Diversos altos funcionarios de la administración pública y de la economía privada en diversos países de la América Latina son egresados de los Colegios Suizos.
Así pues, hay una relación muy específica entre Suiza y América Latina que no se manifiesta en primer lugar a través de los intereses económicos sino más bien culturales.
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