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Cuando un regalo adquiere valor social

El puesto de venta de los productos elaborados por los parados. businesshouse.ch

Ante los preparativos navideños, ¿compraría usted a su hija una muñeca de trapo hecha por las manos de un desempleado?

Si lo hiciera estaría contribuyendo a algún programa de reinserción laboral. En San Gall, Suiza, el concepto es una realidad, gracias a la Fundación Business House.

El frío recién ha llegado a Suiza y justo a tiempo para que los aparadores estén a tono con los preparativos navideños que invitan al consumo.

En San Gall ha comenzado a adornarse el gran árbol de Navidad en la plaza frente a la imponente catedral.

Señal de que este fin de semana inicia el gran mercado navideño que todos los años invita a propios y a extraños a recorrer las calles de la ciudad y a tomarse un vino caliente entre los puestos de productos tan diversos como la gente que acude a ellos.

Entre los mostradores del mercado habrá uno de características singulares. Es el de productos elaborados por desempleados de la ciudad y sus alrededores.

Candelabros de metal de bello diseño modernista, chalecos con autoreflejantes para los trabajadores de la construcción, sillitas y caballitos de madera para los niños o muñecas de trapo con suéteres tejidos a mano forman parte de la colorida oferta del puesto.

Aquél que compre alguno de estos objetos apoyará a uno de los diversos proyectos de la Fundación Business House de San Gall.

«Ellos no vienen por iniciativa propia, los envían»

En la esquina del ‘Rösslitor’ (Puerta del caballito), swissinfo conversó con uno de los responsables de los programas de la Fundación, Andreas Schaub, quien enseña a los parados a producir algunos de esos objetos a la venta.

«Una forma de incentivar a los desempleados a no estar inactivos», afirma Schaub, quien imparte clases de computación, contabilidad y otras actividades a los parados y quien, además, hace las veces de vendedor en el puesto callejero instalado frente a un lujoso centro comercial de la ciudad.

Business House también tiene una tienda-taller permanente en Rorschach, donde enseña a los parados en el terreno práctico cómo ser un buen vendedor y poder después obtener un empleo con esas nuevas cualificaciones.

«La gente sin empleo no viene hacia nosotros para preguntar si puede trabajar con nosotros, sino que son enviados por las oficinas de desempleo gubernamentales o del servicio social regional para que puedan abrirse nuevas perspectivas laborales. Son personas que vienen de los sectores de actividades manuales o comerciales, por ejemplo.»

El espectro de proyectos se divide en dos ramas. Una, dirigida a personas que recientemente han perdido su empleo y que pueden laborar en alguno de los talleres de Business House, dedicados al reciclaje de materiales textiles, metálicos, trabajos de madera y otras labores.

Y la otra, diseñada para aquellos que ya recibieron sus 24 mensualidades del seguro de desempleo y que pese a múltiples solicitudes de trabajo aún no consiguieron volver a la vida laboral. Gente que, por ende, depende de la ayuda económica de la comuna, en Suiza conocida bajo el nombre de ‘ayuda social’.

No es una solución, pero sí un apoyo

«Normalmente estas personas permanecen en nuestro programa entre seis meses y un año. Una forma de reintegrarlos a un empleo con un salario que les permite evitar la ayuda económica del gobierno.»

¿Quién no tiene empleo en Suiza? «Muy sencillo, gente como usted y yo. Tenemos muchos parados. Más de 4%, aunque las cifras oficiales sean menores, ya que en ellas no se encuentran las personas que ya no reciben apoyo económico a través del seguro de desempleo ni las que reciben ayuda social o aquellas que simplemente buscan empleo sin ningún tipo de apoyo para su subsistencia.»

¿Este tipo de proyectos es una solución al paro? «Personalmente opino que no se trata de una solución a largo plazo, sino de un apoyo para que puedan volver a la vida laboral», considera Schaub.

Y los logros son tangibles. Gracias al apoyo de las comunas a la Fundación y a los esfuerzos propios de los participantes en los programas, en la página Web de Business House se afirma que el 30% de las personas que son enviadas a sus programas vuelven a la vida laboral, dejando de recibir el apoyo social.

Mantener la estructura laboral diaria

Una política de la Fundación es dar empleo a personas que ya hayan vivido la experiencia del paro y que se especialicen en la tarea de la reincursión laboral. Es el caso de Andreas Schaub.

«Yo también fui desempleado hace algunos años y entonces llegué a uno de estos programas ocupacionales, y así entré en este sector, formándome y estudiando hasta que obtuve un empleo en este proyecto.»

Dos nuevos estudios le valieron el puesto de coordinador en una labor en la que el contacto interpersonal resulta básico.

«Lo importante en estos proyectos es que los desempleados se dén cuenta de que no están solos, que hay otras personas en la misma situación, que pueden apoyarse y aconsejarse, ayudarse mutuamente», puntualiza.

«Otro punto importante es que mantengan la estructura laboral diaria, porque si uno pierde este hábito resulta muy difícil volver a insertarse en el mercado de trabajo», sonríe, mientras un cliente llega al puesto para adquirir un candelabro.

swissinfo, Patricia Islas Züttel, San Gall

Business House es una fundación privada creada en 1994 y sin fines lucrativos. Surgió en tiempos en los que el índice de desempleo en Suiza iba en ascenso y era necesario establecer estrategias innovadoras para responder a las necesidades de acompañamiento de las personas afectadas por el paro.

La Fundación también juega un papel de representante de los desempleados en los sectores político y sindical.

Desde sus inicios, la Fundación ha estado en constante crecimiento y ha dirigido doce proyectos, principalmente en el sector de oficios artesanales. A principios de este milenio la cuota de desempleados volvió a crecer, abriendo nuevos retos para la Fundación.

Además de apoyar a los parados, se ocupa de los desempleados de larga duración en San Gall y poblados vecinos para que no dependan de la ayuda social de los gobiernos comunales.

Actualmente se ocupa de siete proyectos y cuenta con alrededor de 45 empleados.

La Fundación ‘Business House’ se autofinancia con los servicios que ofrece y recibe apoyo público y privado.

Los beneficiarios del concepto son personas de San Gall y Appenzell.

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