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¿Qué horizonte para la investigación suiza en Europa?

Investigadores ante sus computadores
© Keystone / Gaetan Bally

Su decisión de poner fin a las conversaciones para un acuerdo marco con la Unión Europea dejó a Suiza fuera de programas de investigación que son cruciales. Berna ha ofrecido subvenciones de transición a los científicos y empresas emergentes, y busca nuevas alianzas con países ajenos a la UE. Pero ¿será suficiente? Analizamos los hechos recientes y lo que está en juego para Suiza a largo plazo.

Charlotte Laufkötter iniciaba la universidad cuando los investigadores suizos recibían la primera financiación de la Unión Europea (UE) en 2004. Ahora, casi dos décadas después, la UE decidió limitar significativamente el acceso de Suiza a Horizon Europe, el principal programa internacional de financiación para la investigación, convirtiendo a Laufkötter en una de las últimas científicas que recibieron el beneficio de estos fondos.

Laufkötter, científica marina de la Universidad de Berna, recibió en enero pasado la prestigiosa subvención de inicio del Consejo Europeo de la Investigación (ERC en inglés). Un apoyo financiero de 1,5 millones de euros que le permitirá utilizar superordenadores y datos de boyas autónomas para simular cómo se hunde el carbono orgánico en las profundidades del océano, un trabajo de investigación de gran relevancia en el contexto de la agenda climática.

Cuando Laufkötter postuló para esta subvención a principios de 2021, Suiza aún contaba con el respaldo de Horizon Europe para financiar la investigación. El Parlamento Europeo había aprobado una contribución equivalente a 5000 millones de francos suizos, como parte de un programa de 100 000 millones de francos que tiene vigencia hasta el 2027.

Pero todo cambió abruptamente en mayo de 2021. Tras siete años de conversaciones, Suiza decidió retirarse de la mesa de negociación con la UE que intentaba renovar decenas de acuerdos bilaterales relacionados con temas clave, como la migración o el comercio. La respuesta de la Comisión Europea no se hizo esperar, anunció una degradación de Suiza a la que ahora considera un tercer país no asociado al programa Horizon Europe.

Bajo el nuevo estatus, los investigadores en Suiza perdieron el derecho a solicitar subvenciones individuales al ERC. Sin embargo, la Comisión Europea hizo una excepción: aquellos que habían enviado sus solicitudes desde Suiza antes de la ruptura de las negociaciones bilaterales podían mantener sus subvenciones siempre y cuando se mudaran a trabajar a una institución anfitriona de la Enlace externoEU, o algún otro país elegibleEnlace externo. Se produjo así una fiera competencia por las mentes brillantes. Las universidades de la UE se acercaron a Laufkötter y a muchos otros investigadores ofreciéndoles beneficios como el cuidado de sus hijos, atractivas oportunidades profesionales para sus parejas y puestos permanentes. El Consejo Sueco de Investigación llegó incluso a ofrecer a los beneficiarios 100 000Enlace externo francos suizos adicionales Enlace externopor dejar Suiza y mudarse a Suecia.

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Laufkötter encontró tentadoras las ofertas extranjeras, pero descartó una mudanza. “Mi proyecto está diseñado para realizarse en la Universidad de Berna y mi pareja vive en Suiza, así que me alegré mucho de tener la posibilidad de obtener una financiación compensatoria”, dice. La Secretaría de Estado de Suiza para Educación, Investigación e Innovación (SERI) ofreció una financiación equivalente a la subvención del ERC a los beneficiarios de los fondos europeos que decidieran quedarse en Suiza.

La importancia de las subvenciones de la UE

En su calidad de país asociado, Suiza tenía derecho a que sus investigadores individuales y las empresas helvéticas solicitaran fondos de la UE, y que sus grupos de investigación participaran -e incluso lideraran- proyectos en toda Europa. Una política que fue muy valiosa para Suiza porque recibió más de lo que otorgó. De acuerdo con un informe de 2019 de SERI:Enlace externo Suiza recibió 2 700 millones de francos suizos en el marco del programa Horizon 2020, desarrollado entre 2014 y 2020, lo que la sitúa en el primer lugar entre los países asociados y en el octavo lugar en general.

Horizon 2020 ha sido la segunda fuente de financiamiento público más importante para los investigadores suizos (después de la Fundación Nacional Suiza para la Ciencia, (FNS) y la más relevante para las empresas emergentes y otras compañías. Solmente en 2020, 17 empresas suizasEnlace externo recibieron hasta 2,5 millones de euros cada una.

A nivel individual, el ERC ha financiado a más de 800 investigadores en Suiza.Enlace externo “La gran ventaja de la subvención del ERC es que es muy conocida y prestigiosa”, dice Laufkötter. Es famosa por sus elevados estándares de competencia y su estricto proceso de selección, así que puede catapultar algunas carreras académicas. Por ello, Laufkötter seguirá incluyendo esta “insignia de honor” en su CV.

Hasta ahora, las medidas emergentes de la SERI han mitigado los daños: solamente un beneficiario ha abandonado Suiza para conservar su subvención inicial. En marzo de este año, la SERI ofreció también a los 26 beneficiarios del ERC una última subvención de consolidación que sustituye la financiación europea perdida. Estos fondos ayudan a los científicos más experimentados a consolidar su investigación y sus equipos.

La FNS ha ofrecido en el plano nacional réplicas idénticas a los apoyos que daba el ERC. Pero en el largo plazo, las versiones suizas podrían ser menos atractivas que las europeas, confirman los investigadores contactados por SWI swissinfo. Más del 50 % de los investigadores de SuizaEnlace externo proceden del extranjero y las becas concedidas por el ERC fueron una de las principales razones que atrajeron a estos talentos. “Sin acceso a Horizon Europe, se vuelve un desafío atraer a mentes brillantes y mantener la elevada calidad de la investigación de Suiza”, dice Yves Flückiger, rector de la Universidad de Ginebra y presidente de Swissuniversities, organización coordinadora de instituciones de educación superior. “Tenemos que reinventar formas de colaboración y ofrecer nuevos patrones de financiación”, añade.

Para compensar la pérdida de financiación de la UE, el Consejo Federal ha adoptado medidas transitorias y está lanzando en abril el programa Swiss Accelerator a través de la agencia de innovación suiza Innosuisse. Pese a ello, científicos y empresarios han dicho a swissinfo.ch que algunas empresas emergentes ya están considerando la apertura de oficinas en otros países europeos.

Se buscan colaboraciones cuánticas

Además de las subvenciones para particulares y empresas, las colaboraciones internacionales han sido otro de los beneficios capitales de la participación de Suiza en los programas de la UE. En el marco de Horizon 2020, instituciones de investigación,  empresas y organizaciones sin fines de lucro suizas coordinaron 1 211 proyectos (aproximadamente el 4 % del total) y obtuvieron la tasa de éxito más alta, según SERI.Enlace externo

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Pero esto cambiará en breve. Bajo el estatus de “tercer país”, los grupos de investigación y las empresas suizas pueden participar en proyectos de la UE, pero pierden el derecho a liderarlos. “Esto nos hará perder visibilidad, prestigio e influencia en los grandes proyectos”, dice Dimitri Konstantas de la Universidad de Ginebra, coordinador de H2020 AVENUE, un proyecto de 22 millones de francos suizos que prueba vehículos autónomos para el transporte público en Ginebra y otras tres ciudades europeas.

Y Suiza está a punto de quedar fuera de investigaciones cruciales, por ejemplo, en el campo de las tecnologías cuánticas. En 2018, la UE lanzó la iniciativa Quantum FlagshipEnlace externo, con un presupuesto de 1 000 millones de euros y el objetivo de desarrollar la computación cuántica, la transmisión segura de datos y la tecnología de sensores. Los socios suizos han participado en 11 de los 24 proyectos colaborativos de Flagship, incluidas muchas empresas emergentes y compañías más grandes. “Nuestra colaboración termina este mes. Y dado que la tecnología cuántica tiene una importancia estratégica para la UE, ni siquiera podremos participar aportando fondos propios. ¡Quedaremos completamente excluidos!”, advierte Andreas Wallraff de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (EPFZ).

El grupo de investigación de Wallraff trabajaba con la empresa suiza Zurich Instruments y ocho socios europeos en una computadora cuántica superconductora. A medida que la investigación avanza hacia los límites técnicos de los ordenadores convencionales, la computación cuántica promete resolver complejos problemas en las próximas décadas, como el desarrollo de nuevos medicamentos o baterías más eficientes.

Muchos países cuentan ya con programas nacionales de tecnologías cuánticas, exclusivamente Alemania está invirtiendo 2 000 millones de euros en este campo. Suiza, a pesar de ser un gran jugador, aún carece de un programa nacional. “Para seguir el ritmo de la competencia, necesitamos invertir más que antes dentro de Suiza, por ejemplo, en grandes proyectos como la investigación cuántica”, dice Flückiger de swissuniversities. Pero también advierte que la inversión nacional aislada resulta insuficiente.  “La ciencia está mucho más abierta que hace 30 años. Como vimos con las vacunas contra la COVID-19, compartir datos y crear colaboraciones internacionales es clave para los avances científicos y para construir grandes infraestructuras”, agrega.

Alianzas futuras

Dado que la colaboración con Europa se verá obstaculizada, Suiza intentará revitalizar las alianzas estratégicas con países ajenos a la UE: representantes de la SERI y la FNS ya han celebrado reuniones bilaterales con homólogos de Estados Unidos, Brasil y Reino Unido.

Fortalecer las redes en el extranjero es positivo, pero para un país que se encuentra geográficamente en el corazón de Europa, los aliados naturales están en todas partes, especialmente en temas de transporte y movilidad. “No podíamos hacer el proyecto AVENUE con otros socios”, dice Konstantas. “En Europa compartimos una cultura de movilidad similar que es diferente a la de Estados Unidos o Asia, y los problemas y las soluciones también difieren”.

Más de 5000 científicos de toda Europa insisten en mantener la cooperación. Han firmado la campaña Stick to scienceEnlace externo (Adherirse a la ciencia) que solicita alcanzar pronto acuerdos de asociación con Suiza y Reino Unido en el marco de Horizon Europe, pese a las disputas políticas en curso. La campaña señala que Europa necesita el compromiso y las contribuciones científicas de estos dos países que están fuertemente orientados hacia la investigación.

Sin embargo, desde la ruptura de las negociaciones bilaterales, la relación entre Suiza y la UE se ha vuelto cada vez más complicada. El Consejo Federal (Gobierno) suizo quiere renegociar los tratados existentes, comenzando por los más apremiantes, incluyendo una asociación integral de Suiza a temas de investigación, que es un objetivo prioritario. Pero las conversaciones exploratorias con la UE apenas comienzan. Y una solución rápida para reintegrar a Suiza a Horizon Europe parece improbable.

Swissuniversities exhorta a que Suiza se asocie nuevamente a Horizon Europe lo más pronto posible. La economía, la innovación y el sector de la investigación de Suiza están en auge, dice Flückiger. Pero, en el largo plazo, se juega mucho más. “Al final, lo que está en riesgo es la calidad de vida en Suiza: la salud, la educación, el empleo y el progreso hacia el desarrollo sostenible”, concluye.

Traducido del inglés por Andrea Ornelas

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