Una sonrisa contra el mal de África
Los ciudadanos africanos en Suiza, que a menudo llegan en busca de asilo, consiguen integrarse gracias al buen humor que los caracteriza.
Los expatriados del continente negro tienen un papel importante en la economía helvética.
“¿Qué provecho sacan los suizos del contacto con los africanos? Una sonrisa. Además, seguramente han aprendido a relativizar es estrés, algo que para nosotros los africanos es absolutamente normal”.
Armando Okito, angoleño y vicepresidente del Foro para la Integración de los Migrantes, resume así la relación de la colonia africana con la población helvética.
Según las estimaciones más recientes, en Suiza viven hoy cerca de 65.000 de diferentes países africanos. Muchos son solicitantes de asilo, que han huido de la miseria o de una de tantas guerras que devastan sus países de origen.
“Aunque es difícil dar una visión de conjunto, la mayor parte de los africanos llegó a Suiza en los últimos dos decenios, empujada por los graves conflictos en África y favorecida por el desarrollo de los transportes de masa”, explica Joëlle Moret, del Foro Suizo para el Estudio de las Migraciones.
Diferentes pero unidos
Los expatriados africanos en Suiza provienen de regiones diversas del continente, hablan lenguas diferentes y no practican la misma religión. ¿Se pude hablar de una diáspora fragmentada?
“No. Estamos … unidos en la diversidad”, explica Okito. “La comunidad africana, aunque heterogénea, es globalmente solidaria. Obviamente, existen afinidades geográficas y lingüísticas, razón por la que algunos grupos étnicos tienden a sentirse más próximas de unos que a otros.”
Las numerosas asociaciones africanas en Suiza son muy activas y organizan regularmente eventos con el fin de estrechar vínculos entre las diversas comunidades e intercambiar información sobre lo que ocurre en sus países de origen.
Con estos eventos se pretende, además, acerca a la población helvética los aspectos culturales, musicales y gastronómicos que caracterizan a la colonia africana residente en este país.
A pesar de estas iniciativas, en Suiza predomina una percepción negativa de la comunidad africana, influenciada en gran medida por el mecanismo que lleva a asociar las infracciones cometidas por una minoría con el conjunto de la colonia.
Es frecuente que los inmigrantes africanos, sobre todo los de raza negra, sean vistos con desconfianza y padezcan discriminación. A diferencia de otras colonias extranjeras, no puede decirse que hayan logrado integrarse plenamente en la sociedad helvética.
¿Integración más fácil en la Suiza francesa?
La impresión de sentirse aceptados por la población local varía mucho y depende del lugar de residencia. Según un reciente estudio cualitativo, las personas de raza negra encuestadas en la Suiza occidental se sienten más a gusto y aceptadas como parte de una sociedad multicultural, también gracias a la lengua común y la proximidad de Francia.
Diferente es la impresión de quienes residen en la región germanófona de Suiza, según el mismo estudio. Muchos inmigrantes de origen africano dicen no sentirse aceptados y que se les mira con desconfianza, aunque lleven mucho tiempo viviendo y trabajando en Suiza.
Una opinión que comparte Okito: “La comunidad establecida en la Suiza de expresión alemana hace muchos esfuerzos para ser aceptada, pero tiene a menudo la sensación de que no se les tiende la mano”.
Según Okito, la razón de ello reside en el carácter “bastante cerrado” de los suizos alemanes. Aún así, dice, “haremos todo lo posible para mejorar la imagen de los africanos, por ejemplo mediante grupos de trabajo.”
Contribución importante
Además de una “alegría contagiosa”, los residentes de origen africano aportan mucho a la economía helvética, señala Armando Okito. “A menudo, los africanos realizan trabajos que los ciudadanos helvéticos consideran poco atractivos, por lo que satisfacen una demanda real”. Esto se refleja en que los ingresos medios de estos trabajadores africanos en este país son “bastante modestos”.
Una observación que retoma Joëlle Moret: “Dado que gran parte de los africanos llega a Suiza en el marco de un procedimiento de asilo, el acceso al mercado laboral es limitado. Quienes pueden quedarse en Suiza, trabajan mayoritariamente en los sectores de la construcción, la restauración – sobre todo las mujeres – y la limpieza. Esta situación se debe más bien al tipo de permiso que a la falta de diplomas o calificaciones, a menudo no reconocidas en Suiza.
Tampoco se puede hablar de una emigración cualificada del continente negro hacia Suiza. “Hay bastantes estudiantes africanos en las universidades suizas, pero la mayoría intenta adquirir conocimientos punta que se valoran en su patria. En este caso, el acceso a ciertas profesiones cualificadas en Suiza y Europa es también limitado”, concluye Moret.
La presencia africana constituye un segmento importante de una sociedad suiza cada vez más multicultural. Sin embargo, para sentirse plenamente integrada, tiene superar muchas dificultades.
swissinfo, Andrea Clementi
(Traducción del italiano: Belén Couceiro)
Según la Oficina Federal de Estadística, en Suiza viven cerca de 65.000 africanos.
De ellos, 20.000 provienen del África subsahariana; 16.000 de África central; 12.000 de África occidental y 1.500 de África austral.
Marruecos, Argelia, Túnez, Somalia, Angola y Nigeria son los principales países de origen.
Una encuesta publicada en enero del 2005 sostiene que en Suiza las personas de raza negra son víctimas de situaciones racistas y discriminatorias en la vida diaria.
Según las estadísticas de fines del 2003, tres de cada diez ciudadanos africanos en Suiza son solicitantes de asilo.
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