Controversia por una película sobre el éxodo hindú en la Cachemira india

Srinagar (India), 18 mar (EFE).- El estreno hace hoy una semana de la película «Los archivos de Cachemira», sobre los asesinatos y el éxodo de la minoría hindú en esta región de mayoría musulmana, ha desencadenado un gran revuelo en la India, al ser alabada por la derecha hindú mientras otros la acusan de islamófoba y partidista.

La controversia, eso sí, ha empujado la recaudación en taquilla, multiplicando sus ingresos hasta los 1.000 millones de rupias (unos 13 millones de dólares), según celebraba hoy en Twitter la productora Zee Studios: «¡La verdad es inconmensurable y la recaudación de ‘Los archivos de Cachemira’ es ilimitada!».

Lo que más polémica ha causado es el porcentaje de «verdad» en la historia, que narra cómo un joven hindú descubre que sus padres habían sido asesinados en el marco del éxodo de los cachemires hindúes en la región -conocidos como pandits- al estallar la violencia armada en 1989 de grupos musulmanes secesionistas.

Las cifras cambian según la fuente, pero de acuerdo con datos del Gobierno regional, unas 40.000 familias pandits se asentaron en la vecina Jammu al estallar la violencia, mientras que otras 20.000 huyeron a Nueva Delhi y unas 800 se quedaron en Cachemira.

Sobre el número de pandits asesinados, las cifras difieren. Así mientras una fuente oficial en la región dijo a Efe que el total ascendía a 209, un número similar al repetido por muchos medios indios, una respuesta oficial de la Policía cachemir el pasado noviembre situó ese número en 89 hindúes, aunque parece que ese dato se contabilizó desde 1990 y no 1989, el año más violento.

«El número de fieles de otras religiones muertos en ataques terroristas es 1.635», revelaba también la respuesta policial, algo que subraya, repiten muchos, que el drama humano afecta a todos en la única región india de mayoría musulmana, disputada con Pakistán.

ELOGIOS Y CRITICAS

El gobernante partido nacionalista hindú BJP, del primer ministro indio, Narendra Modi, ha elogiado en repetidas ocasiones la película por narrar el drama cachemir como nunca antes se había contado, e incluso regiones donde gobierna esta formación han anunciado que el film quedaba exento de impuestos, o incluso en el estado central de Madhya Pradesh se dio un día libre a la policía para verla.

Pero los críticos la tachan de propaganda, un intento de justificar controvertidas decisiones en la región como la retirada en 2019 de su estatus de semiautonomía, además de un arma electoral con la vista puesta en los comicios generales de 2024.

«Los archivos de Cachemira’ es un producto personalizado para un propósito especial, diseñado políticamente», aseguró a Efe el pandit Satish Mahaldar, que dirige el «Foro por la Paz de Jammu y Cachemira» y una organización para la reconciliación, retorno y rehabilitación de los hindúes que abandonaron la región.

El activista pandit también criticó que a pesar del debate, «ningún partido político, ni siquiera el BJP», ha tomado medidas concretas para el reasentamiento de la comunidad hindú en Cachemira.

Un académico musulmán cachemir, que pidió el anonimato para evitar represalias, dijo también a Efe que en su opinión la película busca «justificar todo lo que se hace con el pueblo de Cachemira» y que tras muchos años de usar las instituciones «contra la mayoría cachemir», el Gobierno indio emplea ahora el cine Bollywood.

El profesor universitario, sin embargo, no niega el sufrimiento de los pandits, «que tuvieron que enfrentarse a tiempos terriblemente duros a principios de los 90» con el sueño de regresar algún día a su tierra natal, pero sí criticó la narración.

Otro que la critica es el cineasta pandit Sanjay Kak, autor de un documental en 2007 sobre Cachemira, que remarcó a Efe que la película toma como punto de partida «un evento muy serio y lo presenta exactamente como la derecha en la India quiere».

También Sanjay Tikoo, que encabeza una asociación que dice representar a las 800 familias hindúes que se quedaron en Cachemira tras el estallido de violencia, explicó a Efe que aunque los incidentes que narra «son correctos, se muestran de manera errónea».

«Tal visualización errónea de los incidentes ha profundizado la brecha entre los musulmanes de Cachemira y los hindúes», lamentó.EFE

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