Crisis económica y viraje exterior, lo urgente e inmediato para Rodrigo Paz en Bolivia
Gina Baldivieso
La Paz, 6 nov (EFE).- El presidente electo de Bolivia, Rodrigo Paz Pereira, jurará este sábado su cargo con la urgencia de hacer frente a la crisis económica que vive el país y algunos cambios ya anunciados en la administración del Estado y el manejo de la política exterior, como el acercamiento con EE.UU. tras casi dos décadas.
Estas son algunas claves de las principales áreas donde se plantean estos retos y transformaciones:
1. Economía en crisis
Paz recibirá un país con una crisis económica que, según expertos, inició cuando comenzó a declinar la producción de gas natural, que fue el sustento de la economía boliviana hasta hace unos años, de un volumen histórico de 61 millones de metros cúbicos diarios (MMmcd) en 2014 a un promedio de 29 MMmcd en lo que va de este año.
Por esto, el país dejó de percibir menos ingresos por la venta de hidrocarburos, con un valor histórico de 6.113 millones de dólares en exportaciones alcanzado en 2013, frente a 788,5 millones registrados entre enero y agosto de este año.
Desde 2023, esa crisis empezó a reflejarse en la falta de dólares y un desabastecimiento de diésel y gasolina que se volvió crónico en los últimos meses, lo que derivó en el encarecimiento de productos básicos, con una inflación de 18,33 % acumulada en los primeros nueve meses del año que supera el 7,5 % proyectado para todo 2025
Para empezar a atender estos problemas, Paz se reunió recientemente con representantes de organismos multilaterales, como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe-CAF, con el que consolidó un acuerdo financiero por 3.100 millones de dólares.
2. Viraje en exteriores
Tras vencer en la inédita segunda vuelta presidencial, Paz expresó su voluntad de «poner a Bolivia en el mundo y que el mundo venga a Bolivia», comenzando por EE.UU., del que el país andino se mantuvo distanciado en los últimos 20 años durante los Gobiernos de Evo Morales (2006-2019) y del mandatario saliente, Luis Arce.
En su reciente viaje a Washington, el presidente electo boliviano se reunió con el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, lo que fue destacado por la Oficina de Paz como el inicio de una «nueva etapa» en la relación bilateral entre ambos países.
Paz también ha asegurado que no buscará tener una relación con aquellos países «que no tienen democracia» y excluyó de su investidura a los Gobiernos de Cuba, Nicaragua y Venezuela, lo que le valió ser suspendido del bloque bolivariano ALBA, del que Bolivia formó parte en los Gobiernos de Morales y Arce.
3. Contra el crimen organizado
La seguridad y la lucha contra el crimen organizado también serán parte de los retos del gobernante electo, quien aseguró estar abierto a colaborar con cualquier entidad internacional que respalde a Bolivia en esta área.
Ante esto, los sectores de izquierda vinculados al hasta ahora gubernamental Movimiento al Socialismo (MAS) expresaron su preocupación ante un posible retorno a Bolivia de la agencia antidrogas estadounidense (DEA, en inglés), entidad a la que Morales echó del país en 2008 acusándola de conspirar contra su Gobierno.
Además, la presencia en Bolivia de algunos integrantes del grupo criminal brasileño Primer Comando de la Capital (PCC), o del presunto narcotraficante uruguayo Sebastián Marset, prófugo desde 2023, mantuvieron en la mira a diversas entidades estatales por la facilidad con la que estas personas lograron establecerse en el país.
4. Gobernabilidad
Los cambios que proponga el próximo Gobierno boliviano que requieran de aprobación en el Legislativo se tendrán que consensuar con los otros cuatro partidos con representación parlamentaria, incluida la alianza Libre del expresidente Jorge Tuto Quiroga (2001-2002), el contendiente de Paz en la segunda vuelta.
El Partido Demócrata Cristiano (PDC) de Paz ostenta la mayor representación en ambas cámaras, pero no alcanza a la mayoría absoluta, ni a los dos tercios, por lo que deberá alcanzar acuerdos con Libre, las alianzas APB-Súmate, Popular y Unidad.
Unidad, liderada por el excandidato y empresario Samuel Doria Medina, ya apoyó a Paz de cara a la segunda vuelta, mientras que Quiroga señaló que hará oposición «constructiva» y ofreció al mandatario electo la «gobernabilidad» necesaria en el Parlamento para que tenga en las presidencias del Senado y la Cámara de Diputados a gente de su confianza. EFE
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