
Cruzar la línea ecuatorial en el mar y cambiar de hemisferio: un salto en manos de Neptuno
Susana Madera Islas Galápagos (Ecuador), 5 mar (EFE).- Cruzar de un hemisferio a otro en el mar requiere del permiso del dios Neptuno, según la tradición de algunos marinos y tripulantes que deben ganarse su confianza para cruzar, o sufrir las consecuencias de la mala suerte. Aunque no es algo obligatorio, ciertos tripulantes prefieren no tentar a la suerte y seguir las tradiciones, mientras otros acompañan el evento por el simple gusto de participar, y unos más no le dan importancia y recorren las azules aguas del Pacífico sin incluso percatarse del momento en que se cruzó la línea ecuatorial. «Tres, dos, uno…», contaba al momento de cruzar los hemisferios la alemana Christine Weiss con la mirada puesta en los equipos de control del Arctic Sunrise, el barco de la organización ecologista Greenpeace, que partió del archipiélago de Galápagos hacia el norte en una expedición científica, de la que forma parte EFE. Al terminar la cuenta regresiva, Weiss y los presentes en la cabina de mando saltaron para simbolizar el cruce de la línea ecuatorial con gritos de júbilo, en un momento ameno que ha repetido en otros viajes. «Dar el salto no es una tradición, pero es algo que hago porque creo que es divertido», dice al comentar que en la tradición náutica se piensa que Neptuno tiene que autorizar el paso hacia el otro hemisferio y quien lo pide «debe ser digno de merecerlo». «Si Neptuno no considera que uno es digno, se tiene que ganar el respeto de alguna forma», comenta al agregar que en la marina mercante tradicional se celebraba hace unos cincuenta años una serie de retos, algunos de ellos violentos y fuertes, en lo que era una especie de bautismo de mar. Pero como Greenpeace es una institución pacifista que busca la concordia, lo hace de una forma divertida y, como ejemplo, recuerda que la última vez organizaron, para quienes nunca habían cruzado el ecuador, una búsqueda del tesoro para que encuentren el anillo de la esposa de Neptuno, que estaba escondido en algún lugar del barco. ¿Autorizado o no? Tercera oficial del barco, Weiss explica a EFE que el cruce de la línea ecuatorial es un momento especial para los marineros. «Neptuno habla, a través de aquellos que ya están familiarizados y ya han cruzado el océano y son las personas que están autorizadas y pueden interpretar la voluntad de Neptuno y autorizar o no el permiso», señala. Pero… ¿qué pasa si se cruza sin la autorización de Neptuno?, pues puede traer mala suerte y consecuencias, según las creencias, cuenta la alemana Weiss, de 44 años, entre risas mientras mira el océano infinito bañado por un fuerte sol, que hace brillar sus aguas. Entre bromas y risas, pregunta si han sentido el cruce de la línea ecuatorial porque tan pronto el barco ha pasado al hemisferio norte, la embarcación ha dejado atrás su tranquilo navegar y ha comenzado a agitarse. Pero en realidad -revela- es porque el barco ha abandonado el canal Simón Bolívar, entre las islas Isabela y Fernandina, y ha entrado a mar abierto. Ballenas, delfines y otras especies «Lo que tenemos es la configuración normal del océano abierto, donde existen olas que no dependen del viento que está reinando en este momento, sino del que sopló en algún momento, en algún lugar del océano», indica al comentar que aún son olas relativamente suaves. Weiss, que ha visto un grupo de mantarrayas al dejar el canal, espera avistar en el horizonte ballenas, delfines y otras especies distintas a las que ha encontrado en áreas protegidas, como lobos marinos. «Aquí hay mayor cantidad de especies que utilizan esta zona como ruta migratoria. Es más común ver ballenas en mar abierto que en aguas cerradas y esperemos ver otras especies importantes, como tiburones», añade quien navega con Greenpeace desde 2003. Y precisamente la entrevista con EFE se corta abruptamente porque ha divisado el paso de dos ballenas jorobadas, que surcaban el mar abierto al que se dirigía el Arctic Sunrise en su misión científica para analizar montes submarinos situados al norte del archipieálgo de las Galápagos. «Neptuno dice que está bien que pasemos», asegura Weiss en medio de risas al interpretar el espectáculo como el permiso del dios del mar para cruzar al hemisferio norte. EFE sm/fgg/icn (foto) (vídeo)