El origen suizo del “Argentinisches Tageblatt”
Fundado hace 122 años por la familia suiza Alemann, el semanario argentino, defensor de las ideas republicanas, liberales y democráticas, se mostró hostil al nazismo. Hoy es un vínculo entre los germanohablantes del país.
Aprovechando la enorme ola de inmigración de personas de habla alemana que se estableció en la provincia argentina de Santa Fe, en 1874 el suizo originario de Berna, Johann Alemann fundó con su hijo mayor un periódico en ese idioma.
La publicación iba dirigida especialmente a los colonos suizos que se dedicaban a la agricultura en la zona. Servía de vínculo entre ellos y de información sobre la patria. El diario apenas duró un año, pero la idea estaba lanzada.
El 1878, Johann Alemann viaja a Buenos Aires donde funda un semanario que circulaba en la ciudad y entre las colonias agrícolas de habla alemana del interior. El éxito fue rápido y la familia pudo establecerse en la capital argentina.
Con sus tres hijos mayores, en 1889 funda el “Argentinisches Tageblatt” que ha sido publicado como diario hasta 1981. La reducción del mercado en lengua alemana obligó a transformarlo en semanario. Desde entonces lleva casi veinte años atendiendo a toda la colectividad de habla alemana, ya sean alemanes, suizos, austriacos o de otros países.
Economista, ex ministro, conferencista y divulgador, Roberto Alemann, actual director del semanario, se ufana de que durante estos 125 años, a través de cuatro generaciones, su familia ha defendido siempre en el diario las ideas republicanas, liberales y demócratas.
“Ideas republicanas cuando en esa época toda Europa, salvo Suiza, eran monarquías. Demócratas cuando en esa época sólo se votaba libremente en Inglaterra y Suiza. Y hemos sido siempre liberales, a favor de la libertad de las personas, derechos humanos y del Estado de derecho”, dijo Alemann en conversación con swissinfo.
Lógicamente esa postura de principio acarreó una serie de problemas durante los 122 años de publicaciones. Hubo bombas en las salas, amenazas contra la seguridad personal, muchos juicios, sobre todo en la época del nazismo, y cierres varias veces durante el peronismo. Además el diario estuvo muy afectado por la enorme inflación que azotó Argentina, particularmente en los años 70 y 80.
Esta pequeña empresa familiar que operaba sin deudas, gracias a los lectores y a los anuncios, fue muy duramente golpeada, como todo el país, por la inflación. “Vender los anuncios y cobrarlos 30 o 60 días después, cuando el dinero valía la mitad y había que pagar sueldos suponía problemas de una dimensión que Ud. no se puede ni siquiera imaginar”.
En todo caso no deben existir muchos periódicos en lengua alemana que durante 122 años sigan estando en manos de la misma familia en su cuarta generación.
Con orgullo no disimulado, Roberto Alemann recuerda que el “Argentinisches Tageblatt” fue también un símbolo de la lucha contra al nazismo, porque tomó enseguida partido a favor de los derechos humanos contra la discriminación racial y religiosa. “Eso nos trajo problemas terribles con el gobierno germano de entonces”, dice el economista.
Con un tiraje de 15.000 ejemplares, el semanario sirve ahora de información y vínculo entre una población de lengua alemana de unas 300.000 personas.
Los 15.000 alumnos que estudian alemán en 24 escuelas del país, aseguran el futuro del “Argentinisches Tageblatt” en un idioma que, en Argentina, no es coloquial, pero que es adecuado para difundir temas culturales, científicos, económicos y de sociedad.
Juan Carlos Moreno, Buenos Aires
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