De Francia y Brasil a Santiago: patrullar el Camino para que el peregrino llegue a la meta
Sagrario Ortega
Madrid, 6 jul (EFE).- Un total de 66 policías extranjeros patrullan este año los 4.000 kilómetros de las diferentes rutas del Camino de Santiago que discurren por España. Lo hacen de la mano de la Guardia Civil para ayudar a los peregrinos a llegar a su meta sanos y salvos y con todas sus pertenencias. Una experiencia a repetir.
De esos 66 agentes extranjeros, 13 ya han concluido su misión en España (en los meses de abril y mayo), después de la Semana Santa. El resto, hasta 53, siguen apoyando a los peregrinos en su periplo por las distintas rutas hasta el 31 de octubre.
Los agentes extranjeros pertenecen a Italia (Carabinieri), Francia (Gendarmería ), Portugal (Gendarmería Nacional Republicana), Alemania (Polizei), Brasil (PRF) y EEUU (NYPD).
Y se despliegan en Galicia, Asturias, Castilla y León, Extremadura, La Rioja y Cantabria, según los datos facilitados a EFE por la Guardia Civil.
Todos ellos trabajan bajo el paraguas del Plan de Seguridad Jacobeo 2024, cuya finalidad es garantizar la protección y la seguridad pública a lo largo del Camino de Santiago.
Con el peregrino en el centro de estas medidas de protección, el plan tiene como objetivo prevenir la comisión de delitos contra las personas aprovechando el paso de peregrinos, los robos y daños en el patrimonio histórico y el medio ambiente, la paralización intencionada de servicios públicos esenciales o la alteración intencionada de las señalizaciones del Camino.
Un enriquecimiento personal y profesional para la gendarme Manon Bavay
Manon Bavay tiene 27 años, está destinada en la Brigada Territorial Autónoma de Breuillet, en Francia. Ha estado comisionada en la Oficina Móvil de Atención al Peregrino (OMAP) de la provincia de Zamora un mes, hasta el pasado 1 se julio.
«Ansiosa por nuevas experiencias, particularmente en el extranjero, vi una oportunidad real en el Camino. De hecho, qué mejor manera de descubrir una institución que sumergirse en ella durante un mes», cuenta a EFE.
Reconoce que le gusta descubrir gente nueva y la cultura y tradiciones de un país. Pero, además, trabajar a lado de la Guardia Civil le ha permitido ver cómo actúa. «Es un verdadero enriquecimiento para una gendarme joven como yo», recalca.
Aunque en junio no había muchos peregrinos franceses, los que ella trató le trasladaron una «sensación de seguridad», más aún cuando les explicó que estaba aquí para ayudar a la OMA y más particularmente a los peregrinos franceses. «Parecieron tranquilizados y confiados», apostilla.
Y tacha de «maravillosa» la relación con los agentes españoles. «No podría soñar con nada mejor. Cada uno de ellos me acogió bajo su protección y creó un clima de confianza. Fue de buen humor y compartiendo como pasó mi mes».
«Solo he recibido de los caminantes muestras de cariño»
Natalia Rodríguez tiene 44 años y lleva 20 en la Guardia Civil. Está destinada en el puesto de Tábara (Zamora) y ya participó el pasado en este proyecto. Fue tan buena la experiencia, que no dudó en solicitarlo de nuevo.
Cuando se enteró de la creación de la OMAP vio «una oportunidad para ofrecer una atención, digamos más personalizada o exclusiva, a todos aquellos que peregrinan, además de ser una manera de conocer gente de países que podríamos pensar que nunca pasarían por pueblos como Tábara», manifiesta a EFE.
La agente nos cuenta como es el día a día. «Comenzamos a primera hora de la mañana visitando los albergues más cercanos a la cabecera de la Comandancia».
Hablan con los peregtrinos, les preguntan por problemas que puedan tener tanto a nivel físico como logístico y se les intenta ayudar en todo lo que se pueda, «ya sea llevándoles al centro de salud, pasando por algún supermercado si necesitan algo o ayudándoles a conseguir una rueda nueva para la bicicleta, por ejemplo, para que puedan hacer el camino con la mayor seguridad y tranquilidad posible»
Entre las incidencias que atienden, la agente destaca los olvidos de enseres personales, móviles o documentación, que con las prisas de salir a caminar y en la oscuridad del albergue, se quedan en el alojamiento. «Buscamos a la persona a lo largo de la etapa para devolverle sus pertenencias».
Lo que más solicitan lo peregrinos es información sobre los albergues, si son públicos o privados, cuánto donativo hay que dar, si en los pueblos por los que van a pasar hay tienda donde puedan avituallarse con lo necesario, si hay bar y a qué hora abre para poder hacer una parada durante la etapa, recuerda la agente.
Un servicio diferente
Noelia Martín tiene 26 años y lleva tres en la Guardia Civil, destinada ahora en el puesto de Castroverde de Campos (Zamora).
Para ella, estar en la OMAP de forma temporal es hacer un servicio diferente y salir de la rutina.
Define como «muy cercana» la relación con los peregrinos y dice que le ha sorprendido lo agradecidos que se muestran de que exista este servicio, que muchos desconocían hasta el momento. EFE
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