Desnivel, un proyecto que transforma negocios de barrio de Nueva York en galerías de arte
Sarah Yáñez-Richards
Nueva York, 8 nov (EFE).- Contemplar arte mientras giran las secadoras de una lavandería, en la cola de una ferretería o en un salón de belleza ya es posible en el East Village de Nueva York gracias a Desnivel, un proyecto que está transformando negocios cotidianos de barrio en galerías improvisadas para aumentar la visibilidad de los artistas y llevar sus obras a un público nuevo.
Desde que la lavandería JJ Cleaners & Laundromat abrió, hace más de 30 años, de sus paredes solo colgaban carteles con información sobre sus servicios y en el local solo reinaban lavadoras y secadoras.
Ahora las máquinas siguen girando sin parar, pero mientras los clientes esperan a que sus prendas se limpien pueden contemplar diversas obras de Gloria Maximo.
“Hemos visto llegar a mucha gente nueva y reaccionan positivamente a lo que considero un concepto novedoso”, dice a EFE William Luo, uno de los encargados de este negocio familiar.
Cuenta que desde la inauguración han recibido a curiosos de todas partes de la Gran Manzana y hasta clientes que no venían desde hace una década.
A simple vista, las obras de Maximo parecen lienzos blancos, pero cuando uno los observa con detenimiento van surgiendo imágenes, como un camión en una autopista pasando cerca de un puesto ambulante vacío.
Maximo señala a EFE que una lavandería es el espacio perfecto para sus creaciones: “Si no se observan mis pinturas con detenimiento, no se aprecia nada. A veces, la gente piensa que el lienzo está completamente en blanco y distintas luces resaltan diferentes aspectos de la pintura”.
“Por ejemplo, con una luz cálida, la cuadrícula se vuelve más accesible y se percibe con mayor rapidez. Con una luz fría, pueden ser necesarios entre 10 y 15 minutos de observación para experimentar la cuadrícula de una manera que resulte gratificante para el espectador”, explica a EFE la artista.
Las obras que cuelgan de la pared de la lavandería están a la venta y la pintora se llevará el 90 % del beneficio. Algo poco común en el mundo del arte, donde las galerías neoyorquinas se suelen llevar entre el 40 % o 60 %.
Mezclar el arte con el paisaje urbano
La persona detrás de Desnivel es María de Victoria y su objetivo es mezclar el arte con el paisaje urbano de la ciudad para que los neoyorquinos puedan acceder a él de una manera «diferente» y «fresca».
“Si la persona está en una galería (tradicional) no tiene el tiempo de realmente entender o de meditar sobre la pieza, pero estando acá, lavando ropa por 1 hora o 2 horas, puedes leer el texto que va junto con las obras, puedes tomarte un tiempo en una obra una semana y la próxima semana cuando lavas tu ropa de nuevo puedes fijarte en otra”, anota De Victoria, que nació en Perú y se mudó a Estados Unidos a los 11 años.
La artista cuenta que en cada espacio que convierte en galería intenta que el público interactúe con las obras de una manera distinta.
“En el último show que hicimos en una bodega (tienda de alimentación típica de Nueva York), el artista Juan Heredia puso sus pinturas en todas las puertas de las neveras donde estaban las bebidas”, explica De Victoria, quien anota que fue interesante ver cómo los clientes poco a poco comenzaban a darse cuenta de que había arte en distintas zonas del local.
Esta iniciativa no solo busca dar visibilidad a los artistas, sino también ayudar a los locales de toda la vida del East Village, un barrio que cada vez tiene alquileres más caros, ya que el proyecto les paga por usar su espacio.
La muestra de la lavandería, ‘Service’, estará hasta el 15 de noviembre. En diciembre, Desnivel inaugurará otra de sus galerías en la consulta de una tarotista y quiromante, y en enero exhibirá el trabajo de un artista audiovisual en un salón de belleza donde se hacen manicuras.
La intención de la artista es que Desnivel sea una especie de trampolín con el que los artistas se den a conocer y puedan hacer más exposiciones en galerías convencionales y “continuar con su trabajo”.
“Este tipo de proyecto es como un puente, un puente para todos, para la persona que quiere aprender del arte, para el artista que necesita continuar su carrera y para el negocio que ve como su espacio se transforma”, concluye De Victoria. EFE
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