La guerra en Ucrania, presente en el Festival de Cine sobre DD HH
La edición 2022 del FIFDH (Festival de Cine y Foro Internacional sobre los Derechos Humanos) que se realiza en Ginebra celebra sus 20 años de existencia. Un aniversario que coincide con la guerra en Ucrania y con la partida de la actual directora.
Desde hace 20 años, el Festival de Cine y Foro Internacional sobre los Derechos Humanos reúne en Ginebra a defensores de derechos humanos y aficionados del cine. Encuentro con su directora, Isabelle Gattiker, quien dirige el FIFDH desde 2015 y que se retira a fines de abril, una vez finalizada la actual edición.
swissinfo.ch: Para comenzar con la actualidad, ¿obligó la invasión rusa a Ucrania a adaptar el programa del festival?
Isabelle Gattiker: Sí, integramos una velada dedicada a la guerra en Ucrania, precisamente bajo el tema del sentido de este conflicto bélico en la perspectiva del derecho internacional, del derecho humanitario y, por supuesto, de los derechos humanos. Durante este espacio, que se realizó el lunes 7 de marzo, escuchamos testimonios llegados desde Ucrania y también la reflexión de diversos especialistas. Entre ellos, una historiadora de la Universidad de Ginebra, representantes de la Organización Mundial contra la Tortura, del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), así como de la Organización No Gubernamental (ONG) Human Rights Watch.
¿Cuáles son los puntos fuertes del programa de esta edición en marcha? ¿Cuáles son las personalidades presentes?
Recibimos al cineasta marroquí Nabil Ayouch, para animar una «masterclass» sobre su obra y con su nuevo film ‘Haut et fort’. La escritora Alice Zéniter, coordinando un importante debate sobre la memoria en Argelia. El historiador y jurista Philippe Sands, introduce el concepto de “ecocidio” en una conferencia sobre ese tema. También contamos con la participación de Ngozi Okonjo-Iweala, directora de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
En 2003, Léo Kaneman fundó el FIFDH con la colaboración de Yaël Reinharz. Veinte años después, ¿cuál es su evaluación sobre la influencia de esta muestra en el escenario de los derechos humanos en el mundo?
Desde hace 20 años, el FIFDH se ha convertido en un evento internacional trascendente. Hemos recibido a figuras reconocidas como Edward Snowden o al doctor Denis Mukwege, Premio Nobel de la Paz. Y aunque es muy difícil medir la repercusión directa de nuestro trabajo, podemos percibir el impacto que tiene, por ejemplo, en la protección de los activistas, así como en la cobertura mediática de su compromiso. El festival tiene también una gran repercusión en Ginebra, sobre todo entre los jóvenes; casi la mitad del público que llega a nuestras funciones tiene menos de 30 años.
La 20ª edición del Festival Internacional de Cine y Foro sobre Derechos Humanos (FIFDH), que se celebra en Ginebra del 4 al 13 de marzo, ofrece una selección internacional de películas de ficción y documentales, así como debates, entrevistas, encuentros y exposiciones.
Un total de nueve películas participan en la categoría de ficción, entre ellas el drama ‘Red Jungle’ de Juan José Lozano y Zoltán Horváth (Suiza/Francia), presentada como estreno mundial. También incluye obras maestras como ‘107 Mothers’, de Peter Kerekes (Eslovaquia/República Checa/Ucrania), ‘Casablanca Beats’, de Nabil Ayouch (Francia/Marruecos) o ‘Europa’, de Haider Rashid (Italia/Kuwait/Iraq), por citar solo algunas.
Además, se incluyen nueve documentales en la categoría de Documentales Creativos, dos de los cuales, ‘Angels of Sinjar’, de la cineasta nominada al Óscar Hanna Polak (Libia/Italia) y ‘Je suis noire’, de Juliana Fanjul y Rachel M’Bon (Suiza), se presentan como estreno mundial.
Veinte debates, ocho entrevistas en profundidad, seis conversaciones y seis conferencias de activistas figuran también en el programa de esta edición de 2022.
Teniendo en cuenta la capacidad de los regímenes autoritarios en el mundo para ahogar la voz de las víctimas, ¿en qué medida el festival ayuda a que esas voces se expresen y sean escuchadas?
Podemos brindar muchos ejemplos. Pienso, en ese sentido, en una velada histórica del FIFDH que fue dedicada a los esfuerzos por hacer justicia en Siria y a juzgar los crímenes cometidos por el régimen de Bachar el Asad. Presentamos como estreno mundial un film producido por la cadena británica Channel-4 con la presencia de víctimas de la tortura en Siria.
En cuanto a la edición actual, está dedicada a un periodista vietnamita preso, motivo por el cual no podremos escucharlo. Es verdad que, cada día más, tenemos problemas para asegurar el viaje y la presencia de los activistas de derechos humanos. Sin embargo, siempre logramos hacer escuchar sus voces a través de nuevos formatos. Este año, presentamos ‘Palabras de Activistas’ un espacio en el que los activistas, a menudo amenazados, cuentan sus historias sin censura alguna. La cineasta afgana Sharbanoo Sadat, que tuvo que huir de su país con toda su familia el pasado mes de agosto, fue designada para presidir el jurado de nuestra competición. El público también tendrá la oportunidad de ver el largometraje de animación ‘Mi familia afgana’, de Michaela Pavlatova.
Ginebra constituye la sede de la ONU y del Consejo de Derechos Humanos, así como de decenas de organizaciones gubernamentales y de ONG. ¿Qué aporta suplementariamente vuestro festival?
Con el tiempo, esta manifestación permitió reunir grupos humanos muy diferentes que normalmente no tienen contacto entre ellos: la Ginebra internacional y la Ginebra local. Eso demuestra el poder del cine. Por ejemplo, este año, el Premio Nobel de la Paz Shirin Ebadi comparte su testimonio sobre la tortura en Irán. Amantes del cine, activistas y miembros de organizaciones internacionales tienen la posibilidad de escuchar esas experiencias personales.
El festival es el resultado de una relación de cooperación atípica entre dos universos diferentes: de una parte, los defensores de derechos humanos, y de otra, los productores cinematográficos. ¿Cómo se logra conciliar estos dos mundos?
En el marco del concepto de referencia “un film, un tema, un debate”, el hecho de descubrir una película atrae un público, sobre todo amante del cine y con sensibilidad artística. Más allá del film, las espectadoras y los espectadores sienten un sinfín de emociones, de empatías hacia situaciones dramáticas y totalmente diferentes de las propias. Durante el debate, esto propicia el pensamiento crítico, la desconstrucción, el cuestionamiento de una realidad. De hecho, esa mezcla de dos universos permite a ambos alimentarse mutuamente, como dos troncos de un árbol que se entremezclan y tienen las mismas raíces.
Traducido del francés por Sergio Ferrari
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