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¿Solución real o una vía para ganar tiempo?

Keystone

Suiza quiere convencer al mayor número posible de países de los beneficios de un impuesto liberatorio. Con ello, intenta alejar el espectro del temido intercambio automático de información. ¿Será exitosa su maniobra? Todo dependerá de Alemania.

“El acuerdo con Alemania es de alguna forma el modelo que podría abrir las puertas a otros países. Si es ratificado, creo que Italia también firmará un acuerdo similar, y esto podría despertar el interés de Francia”, explica Peter V. Kunz, profesor de Derecho Económico y Derecho Comparado de la Universidad de Berna.

Hasta ahora, Suiza ha firmado acuerdos de este tipo –conocidos como Rubik- con Alemania, Gran Bretaña y Austria. En principio, su entrada en vigor está prevista para el 1 de enero de 2013. Pero en Alemania, el acuerdo podría ser rechazado en noviembre por el Bundesrat –la cámara alta que representa a los 16 estados federados (länder)–, que cuenta con una mayoría rojiverde.

Hasta 11.000 millones de euros

El acuerdo prevé legalizar las cuentas suizas no declaradas que son propiedad de clientes alemanes. Suiza aplicaría un impuesto sobre los fondos cuya recaudación sería transferida a Alemania.

A partir de este momento, los titulares de las cuentas estarían obligados a pagar también un impuesto de retención directa sobre los intereses financieros generados por sus inversiones. Se prevé que estas gestiones permitan al fisco alemán recuperar alrededor de 11.000 millones de euros.

En Alemania, los socialistas y los verdes critican la “indulgencia” de un sistema que permitiría a los defraudadores conservar el anonimato. Y denuncian que el acuerdo posee “lagunas tan grandes como las puertas de una granja”. Según su visión, los términos este convenio ofrece a los evasores un largo periodo previo que les permite transferir tranquilamente sus haberes a otros países, favoreciendo con ello a los defraudadores en detrimento de los contribuyentes honestos.

Referéndum en Suiza

Mientras Alemania aguarda el pronunciamiento del Bundesrat, en Suiza el acuerdo tampoco se encuentra bajo techo seguro. Aunque por razones diametralmente opuestas, los conservadores de la Acción por una Suiza Independiente y Neutra (ASIN) y la Juventud Socialista trabajan en el lanzamiento de un referéndum sobre el tema.

ASIN considera que un acuerdo de este tipo es “inaceptable y degradante” para la libertad de Suiza y supone una “nueva rendición” ante la comunidad internacional. Los Jóvenes Socialistas, por su parte, sostienen que el país debe abolir el secreto bancario y apoyar el intercambio automático de información.

Actualmente, está en curso el proceso de obtención de las 50.000 firmas necesarias para que el asunto sea sometido a una votación popular el próximo 25 de noviembre.

El mundo no nos aplaudirá

Este sistema de impuesto liberatorio es la respuesta que Suiza ofrece ante la creciente presión internacional que recibe el secreto bancario. “Está claro que el mundo no va a aplaudirnos por el impuesto liberatorio, ya que son muchos los países que abogan por un intercambio automático de información”, declaró recientemente al diario Neue Zürcher Zeitung(NZZ) Michael Ambühl, secretario de Estado para Asuntos Financieros Internacionales.

Al mismo tiempo Ambühl afirmó que no conoce “prácticamente ningún experto, incluso dentro de estos países (beneficiarios), que no consideran este impuesto liberatorio como una alternativa interesante. Suiza, contra lo que sucedía antes, dejó de contentarse con decir simplemente no, para proponer una alternativa que al menos posee el mérito de ser convincente”.

Y el secretario de Estado reveló que Suiza conduce conversaciones con autoridades de diversos países que han mostrado un interés inicial por el impuesto liberatorio incluso “fuera de Europa”. Michael Ambühl no precisó al diario NZZ de qué países se trata.

Detonador

Es evidente que países como Grecia y España, ambos fuertemente endeudados, están interesados en firmar acuerdos de este tipo que permitirían a sus exiguas haciendas públicas acceder a nuevos fondos con relativa rapidez.

Fuera de Europa, Peter V. Kunz considera que Suiza podría ser exitosa en la negociación de acuerdos análogos con países como China, India o Rusia. Para Berna es “importante elaborar un nuevo estándar que sirva como alternativa para el intercambio automático de información”, detalla.

En Europa, poner en marcha un acuerdo con Alemania operaría como  un “detonador”, pues si bien este país es “menos importante” para países como Rusia o China, al interior de la UE es considerado una verdadera “locomotora”.

Según el profesor, Alemania es, delante de Italia, el país que más titulares de cuentas no declaradas tiene en Suiza.

Pero si el acuerdo fracasa en Alemania, “esto sería la muerte de la idea del impuesto liberatorio”, señala el experto bancario zuriqués Hans Geiger y recuerda que el acuerdo con Berlín se negoció bajo las mismos principios que el de Gran Bretaña.

El texto contiene, de hecho, una cláusula de nación más favorecida: “Esto significa que si Alemania mejora su posición, automáticamente mejorará la posición británica”. Si fracasa el acuerdo con Alemania, “el acuerdo con Gran Bretaña, al menos bajo su formato actual, ya no tendría fundamento”, advierte Hans Geiger.

Tarde o temprano… lo inevitable

Sergio Rossi, profesor de Economía de la Universidad de Friburgo, desestima que un eventual fracaso del acuerdo con Alemania “pueda influenciar los acuerdos con otros países”.

Para los bancos suizos y sus clientes alemanes es “muy importante” que el impuesto liberatorio entre en vigor. “Sin acuerdo, asistiríamos a una fuga masiva de capitales alemanes depositados en Suiza rumbo a paraísos fiscales como Singapur o Hong Kong”, afirma el profesor.

Alemania también tiene un gran “interés en ratificar el acuerdo, pero quizás lo haga con una tasa impositiva más alta. Ya existen exigencias en la clase política alemana para elevar el impuesto”, explica Sergio Rossi.

A su juicio, el impuesto liberatorio es exclusivamente un camino para “ganar tiempo” y “alejar la amenaza del intercambio automático de información durante un periodo de transición”. En el largo plazo, estima el experto, no habrá alternativa y el intercambio automático de información fiscal terminará por imponerse.

Magneten Singapur und Honkong

Sergio Rossi, Wirtschaftsprofessor an der Universität Freiburg hingegen glaubt nicht, dass ein Scheitern des Abkommens mit Deutschland «die Abkommen mit andern Ländern beeinflussen könnte»,

Sowohl für die Schweizer Banken wie auch für deren deutsche Kunden sei es «sehr wichtig», dass die Abgeltungssteuer mit Deutschland zustande komme, sagt Sergio Rossi gegenüber swissinfo.ch: «Ohne Abkommen wird es zu einer massiven Kapitalflucht deutscher Kundengelder von den Schweizer Banken in die Steuerparadiese Singapur und Hongkong kommen.»

Deutschland habe also «ein Interesse, dem Abkommen zuzustimmen, aber vielleicht mit einen höheren Steuersatz. Es gibt ja bereits Forderungen seitens der deutschen Politik, den Steuersatz zu erhöhen», sagt Rossi.

Rossi bezeichnet die Abgeltungssteuer als «gekaufte Zeit», um in einer «Übergansphase» den automatischen Datenaustausch «soweit als möglich herauszuschieben». Langfristig sei sie jedoch keine Alternative zur «Musik der Zukunft», dem automatischen Datenaustausch.

España forma parte de la lista de países europeos interesados en negociar un acuerdo Rubik con Suiza.

En junio, el gobierno de Madrid manifestó a Suiza su interés por conocer más sobre el modelo del impuesto liberatorio, según confirmó la Secretaría de Estado de Asuntos Financieros Internacionales (SIF) en Berna.

Para la Asociación de Banqueros Privados Suizos (SPBA), la ventaja de un acuerdo Rubik para España sería la llegada de recursos frescos en el periodo de crisis que vive, pero también la posibilidad de asegurar que las cuentas en Suiza de españoles serán fiscalizadas de forma permanente en el futuro.

España tiene en marcha una amnistía fiscal hasta finales de noviembre. Esta permite a sus contribuyentes con cuentas en el extranjero declararlas voluntariamente a cambio del pago de un impuesto equivalente al 10% del patrimonio en cuestión.

13 de marzo 2009. Bajo presión directa de la OCDE, el Gobierno suizo decide adoptar los estándares de cooperación administrativa fiscal de esta organización. Se elimina así el secreto bancario bajo su concepción original: se acordará asistencia a otros gobiernos en casos de evasión fiscal y no solo de fraude tributario. Suiza ha negociado ya acuerdos bajo las normas de la OCDE con más de 30 países.

22 de junio 2009. Hans-Rudolf Merz, entonces ministro de Finanzas, pacta con su homólogo alemán, Peer Steinbrück, la revisión del convenio para evitar la doble imposición que tiene con Alemania, para homologarlo a los principios de la OCDE.

21 de septiembre 2011. Tras meses de negociación, la ministra de Finanzas suiza, Eveline Widmer-Schlumpf, y su contraparte alemán, Wolfgang Schäuble, firman en Berlín el acuerdo para el impuesto liberatorio. La izquierda y los verdes alemanes critican el texto, al considerarlo demasiado laxo con los defraudadores.

5 de marzo 2012. La Comisión Europea (CE) advierte que tanto el convenio con Alemania, como el que se negoció sobre las mismas bases con Gran Bretaña, podrían contradecir el derecho vigente en la UE y el Acuerdo Bilateral de Fiscalidad del Ahorro entre Berna y Bruselas.

5 de abril 2012. Suiza y Alemania revisan el contenido del acuerdo para amainar la reticencia de Bruselas. La tasa del impuesto liberatorio sobre los depósitos es aumentada del 21 al 41% del valor del patrimonio a regularizar. El porcentaje dependerá del monto de los fondos y del plazo que permanecieron sin declarar.

17 de abril. La CE da luz verde al denominado Acuerdo Rubik con Alemania y Gran Bretaña declarando que su contenido es acorde al derecho europeo.

 

25 de abril. Los representantes de los länder alemanes, encabezados por la izquierda y los Verdes, advierten que se opondrán al convenio cuando sea sometido a la aprobación en el Bundesrat (cámara alta).

Junio de 2012. El Parlamento suizo da su apoyo al acuerdo con Alemania. Pero los conservadores nacionalistas de Acción por una Suiza Independiente y Neutra (ASIN) y los jóvenes socialistas recaban firmas para someterlo a referéndum el 25 de noviembre.

(Traducción: Andrea Ornelas)

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