El ataque a una prisión arruina la relativa calma en Afganistán tras el alto el fuego

Al menos 29 personas, entre civiles y prisioneros, y 10 atacantes murieron en un ataque a una prisión de Afganistán reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI), anunciaron el lunes las autoridades, en un país donde el gobierno y los talibanes habían decretado una tregua de tres días.
Hombres armados lanzaron el domingo por la noche un asalto de envergadura contra una cárcel de Jalalabad (este), en las horas finales de la tregua.
Los combates terminaron el lunes por la tarde en la prisión, donde estaban encarcelados unos 1.700 combatientes talibanes y del EI.
En un comunicado publicado el domingo por la noche por su agencia de propaganda Amaq, el EI reivindicó el ataque. Los yihadistas de este grupo no formaban parte de la tregua.
Unos 700 prisioneros que lograron escaparse en el momento del ataque fueron capturados de nuevo.
Se trata del incidente más violento en Afganistán desde que los talibanes y las fuerzas de seguridad afganas acordaran un alto el fuego de tres días con motivo de la fiesta musulmana del sacrificio o Aid al Adha, que acabó el domingo.
Después del ataque, un corresponsal de la AFP pudo entrar en la prisión, donde los cadáveres de asaltantes y prisioneros estaban alineados. En la entrada había rastros de la explosión del coche bomba con la que comenzó el asalto. Varias celdas, algunas con prisioneros en su interior, se incendiaron o sufrieron daños.
El asalto llega un día después de que la agencia de inteligencia anunciara la muerte de un alto comandante del EI cerca de Jalalabad.
La provincia de Nangarhar fue blanco de varios ataques del EI este año, incluido uno el 12 de mayo que causó 32 muertos en un funeral de un comandante de policía.
– Liberación de prisioneros –
Las autoridades afganas esperan que la tregua pactada con los talibanes permita iniciar las conversaciones de paz esta semana.
El gobierno de todas formas acusó a los talibanes de violar el alto el fuego 38 veces en estos tres días.
El portavoz del ministerio del Interior, Tareq Arian, indicó que los insurgentes mataron a 20 civiles e hirieron a 40 al «perpetrar ataques terroristas y ofensivos, así como al usar minas terrestres» durante la tregua.
Los talibanes «no están comprometidos con lo que dicen», añadió.
En virtud de un acuerdo firmado por los rebeldes y Estados Unidos en febrero, el diálogo interafgano debía comenzar en marzo, pero se retrasó debido a luchas políticas en Kabul y por la cuestión del intercambio de prisioneros.
Kabul y los talibanes señalaron que estaban preparados para comenzar las conversaciones después del Aid al Adha, y el gobierno afgano ofreció el domingo extender la tregua.
Los insurgentes no hicieron comentarios hasta el momento.
El mayor obstáculo para dar comienzo a las conversaciones es el polémico intercambio de prisioneros, que se estipuló en el acuerdo de febrero.
Según el texto, Kabul debe liberar a unos 5.000 presos talibanes y estos a 1.000 miembros de las fuerzas de seguridad afganas.
El Consejo Nacional de Seguridad afirmó el domingo que había liberado a 4.900 reclusos. Los talibanes, por su parte, dijeron la semana pasada que ya habían cumplido con su parte del trato.
Sin embargo, las autoridades afganas rechazaron liberar a cientos de presos talibanes acusados de crímenes graves.
Una decisión se dará a conocer el 7 de agosto en Kabul, declaró el presidente afgano, Ashraf Ghani.
El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, habló el lunes por videoconferencia sobre el tema de los prisioneros con el jefe de los negociadores talibanes, el mulá Abdul Ghani Baradar, informó el portavoz talibán Suhail Shaheen. El departamento de Estado no quiso hacer comentarios.
La disminución de la violencia durante el Aid ha permitido no obstante algunas reuniones familiares.
«Pude ir a mi aldea por primera vez en dos años», explicó Jalil Ahmad, de la provincia de Uruzgán, un bastión talibán en el sur. «Había puestos de control talibanes en la carretera, pero no fastidiaron a nadie».
Pero el lunes, en la provincia de Kunduz (norte), circulaban rumores sobre una agrupación talibán alrededor de la ciudad de Kunduz, contó un habitante, Atiqulá. «Hoy, el miedo habitual ha vuelto a las caras y evito salir de casa a no ser que sea absolutamente necesario», declaró a la AFP.