
El pluralismo mediático en los Balcanes en peligtro tras cierre de Al Jazeera Balkans
Bogdan Dasic
Belgrado, 20 jul (EFE).- El repentino cierre este mes del canal de noticias Al Jazeera Balkans (AJB), que durante 14 años produjo desde Sarajevo una programación común para los países de la antigua Yugoslavia, es sólo un síntoma más del mal momento por el que pasa el pluralismo mediático en los países de los Balcanes Occidentales.
Según anunció la cadena catarí, AJB emitirá hasta finales de mes sólo documentales y programas grabados, para luego cerrar sus emisiones en idioma serbo-croata-bosnio de forma definitiva.
Ana Lalic, directora de la Asociación Independiente de Periodistas de Vojvodina, destaca que este cierre representa una importante pérdida para toda la región.
«AJB fue una barrera importante contra la propaganda y la desinformación, y su desaparición deja un espacio aún más amplio para quienes desean el control total de la información», dijo la periodista en declaraciones a EFE en Belgrado.
Pero la desaparición de la cadena balcánica de Al Jazeera no es un caso aislado y los expertos temen más cierres de medios independientes en los próximos meses.de
En febrero pasado, United Media, uno de los conglomerados mediáticos privados más grandes de la región, anunció su retirada parcial de los Balcanes, con la venta de su operador de cable serbio SBB y del canal deportivo Sport Klub, si bien aseguró que mantiene sus cadenas de noticias N1 y Nova S.
Ante esta situación, entre las organizaciones de periodistas crece el temor a una «muerte lenta» de N1 -una emisora muy criticada y presionada por el Gobierno serbio- y una reducción progresiva de la libertad editorial en el principal país de la antigua Yugoslavia.
En enero fueron despedidos 26 periodistas del canal N1 en la vecina Croacia, a diferencia de Serbia un país miembro de la UE, lo que hizo crecer el miedo a la desaparición de voces independientes clave en el panorama mediático de la región.
Al mismo tiempo crecen las presiones contra los periodistas y las redacciones de medios independientes, es decir, medios no estatales o controlados por poderes cercanos al Gobierno y usados como instrumentos de propaganda.
La redacción de N1 Serbia recibió la semana pasada una carta anónima para «recordarle» el ataque terrorista contra la revista satírica francesa Charlie Hebdo en 2015, cuando 12 personas fueron asesinadas por atacantes islamistas.
Para la presidenta de la Federación Europea de Periodistas (EFJ), la croata Maja Sever, el presidente serbio, el populista nacionalista Aleksandar Vucic, contra cuyo régimen protestan regularmente decenas de miles de personas desde noviembre pasado, es el «inspirador directo» de amenazas de este tipo.
Por eso, EFJ hizo un llamamiento a la Unión Europea (UE) a que tome medidas concretas para proteger la libertad de prensa en la región, donde hay seis países que aún no forman parte de la UE.
Según la Asociación de Periodistas de Serbia, entre enero y mayo pasado se registraron en ese país 74 amenazas a periodistas, 17 más que en el mismo período del año pasado, la cifra más alta en cinco años.
El analista y periodista serbio Dinko Gruhonjic, que ha recibido en el pasado numerosas amenazas de muerte, alerta sobre un ambiente «sistemáticamente hostil» hacia los medios independientes en Serbia.
«Las amenazas de muerte a los periodistas no son casos aislados, sino parte de un clima sistemático de hostilidad hacia los medios independientes creado durante años por las autoridades en Serbia y los tabloides afines», asegura en declaraciones a EFE.
Por otro lado, Lalic destaca desde Vojvodina, al norte de Serbia, la gravedad de las amenazas para la salud mental de los periodistas.
Ella misma fue objeto de una amenaza en redes sociales para «quemarla en la hoguera como a una bruja».
«Esas amenazas no son abstractas: crean un ambiente de miedo, afectan la salud mental de los periodistas y sus familias, y a veces se convierten incluso en violencia física», asegura Lalic.
Además de las presiones políticas, los medios independientes enfrentan crecientes dificultades económicas en los Balcanes, sobre todo ante los recortes en ayudas internacionales aplicados por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
La agencia estadounidense de desarrollo USAID había financiado en las últimas décadas programas de apoyo a la libertad de prensa y a medios independientes en los Balcanes, donde en los años 1990 hubo varias guerras civiles, con decenas de miles de muertos y millones de desplazados.
Los recortes de Trump ponen en serio riesgo la supervivencia de muchos proyectos mediáticos independientes, mientras que el inminente cierre de emisoras estadounidenses para el exterior, como Radio Europa Libre (RFE) o Voz de América, van a reducir más aún la pluralidad.
La Comisión Europea intervino con una financiación urgente de 5,5 millones de euros para RFE, pero para muchos analistas la sostenibilidad a largo plazo sigue en seria duda.EFE
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