
Juicio a feminista en Marruecos por blasfemia revive el debate entre libertad y religión
Rabat, 26 ago (EFE).- El juicio contra la activista feminista Ibtissam Lachgar, conocida como ‘Betty’, acusada de blasfemia por publicar una fotografía en la que aparece vistiendo una camiseta con la frase «Alá es lesbiana» continúa mañana miércoles, en un proceso que ha vuelto a poner en el centro del debate la libertad de expresión y el respeto a las creencias religiosas en el país y del que ha quedado fuera la identidad de género.
Lachgar, de 50 años, fue detenida el pasado 10 de agosto y enviada a la cárcel de Arjat (en las afueras de Salé) tras haber publicado en su cuenta en las redes sociales una foto con una camiseta en la que está escrito «Alá (en árabe) es lesbiana (en inglés)», y la acompañó con un comentario en el que decía que «el islam, como cualquier ideología religiosa, es fascista, falocrático y misógino».
La foto y el mensaje fueron considerados ofensivos por algunos, mientras que otros defendieron que la publicación se enmarca dentro del ejercicio de la libertad de expresión y forma parte del estilo de militancia de Lachgar, similar al de algunos movimientos feministas radicales, como Femen.
Una pena de hasta cinco años de prisión
Lachgar comparecerá mañana, en la segunda sesión del proceso, ante el Tribunal de Primera Instancia de Rabat acusada de «atentar contra la religión islámica», un delito tipificado en el artículo 267-5 del Código Penal marroquí que castiga con penas de entre seis meses y dos años y con una multa de hasta 200.000 dirhams (18.900 euros) a cualquiera «atente contra la religión islámica, contra el régimen monárquico o incite a atentar contra la integridad territorial del Reino».
La pena puede aumentar hasta cinco años de cárcel si el acto se hace por un medio que «cumpla con la condición de publicidad, incluyendo los medios electrónicos, impresos o audiovisuales».
La abogada de la activista, Souad Brahma -también presidenta de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH)-, dijo a EFE que el equipo de defensa presentó durante la sesión del 14 de agosto una solicitud de libertad provisional para su clienta que no prosperó.
Lachgar es una de las activistas más conocidas del país por su defensa radical de las libertades individuales. En 2009, cofundó el Movimiento Alternativo para las Libertades Individuales (MALI) que desde entonces lucha por la legalización del aborto y de las relaciones extramatrimoniales, así como por la defensa de los derechos de la comunidad LGTBI.
El movimiento organizó diversas acciones consideradas polémicas en un país donde el islam es la religión oficial, como un intento en 2009 de realizar un desayuno público durante el Ramadán, cuando romper el ayuno en público es un delito. En 2013, Lachgar y activistas de MALI promovieron una «besada» frente al Parlamento en apoyo a adolescentes detenidos por compartir una foto besándose, además de impulsar campañas para concienciar sobre el derecho al aborto, también penalizado en Marruecos.
La identidad sexual, fuera del debate
La reciente foto de Lachgar ha generado un debate en el país, centrado no en la homosexualidad -penada legalmente y socialmente reprobada- sino en el límite entre la libertad de expresión y respeto de las creencias religiosas en un país donde «Dios» es uno de los tres pilares del himno nacional junto a «patria y rey».
La imagen provocó reacciones de desaprobación en redes sociales. El exministro de Justicia, Mustafa Ramid, de ideología islamista, afirmó en Facebook que la libertad de expresión no incluye «la burla a las creencias religiosas» y pidió que Lachgar «sea cuestionada».
Tras su detención, activistas y defensores de derechos humanos han reclamado su liberación. La sección de Rabat de la AMDH denunció en un comunicado que el arresto de la feminista es «arbitrario» y «no justificado», y «contraviene compromisos internacionales de Marruecos en materia de derechos humanos».
«Estemos de acuerdo o no con ella, no se le puede negar su derecho a expresarse libremente», dijo a EFE Hakim Sikouk, presidente de la sección Rabat de AMDH, quien expresó su «plena solidaridad» con la activista y pidió su liberación inmediata».
Por su parte, el periodista Abdellah Tourabi calificó la publicación de la imagen como un acto «provocador e irresponsable», aunque añadió en su cuenta de Facebook que «sigue siendo una forma de expresión de una idea y una postura, y no justifica en absoluto que se la encarcele».
A través de la plataforma «change.org» se ha lanzado una petición para exigir su liberación inmediata, destacando su delicado estado de salud por ser «una superviviente de cáncer que requiere tratamiento médico». Según esa misma fuente, varias organizaciones feministas, laicas y de derechos humanos convocaron manifestaciones diarias en su apoyo. EFE
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