La eficiencia energética sube al 1,8 % en 2025, pero muy por debajo del objetivo del 4 %
París, 20 nov (EFE).- La eficiencia energética, medida por la cantidad de energía necesaria para cada unidad de producción económica, va a mejorar al 1,8 % a escala global en 2025, después del 1,3 % en 2024, pero se mantiene muy por debajo del objetivo del 4 % para 2030 que se fijó en la COP28 de Dubai en 2023.
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) publica este jueves un informe dedicado a esa cuestión en el que destaca que la mejora que se espera este año se debe en particular a países como India, donde ese indicador sube al 4 % (su media en 2019-2025 fue del 1,5 %) y China, donde aumentó al 3 % (media inferior al 2 % en 2019-2025).
Por el contrario, la cifras empeoran tanto para Estados Unidos como para la Unión Europea, con menos del 1 % en 2025 cuando en los ejercicios anteriores el avance había sido entre el doble y el triple.
En términos globales, el progreso de 2025 tiene que ver con la ralentización del crecimiento de la demanda de energía, que se queda en el 1,3 % frente al 2 % en 2024, y esa ralentización es particularmente acusada en los grandes países asiáticos.
La eficiencia energética había estado avanzando a un ritmo anual próximo al 2 % entre 2010 y 2019, pero se ha quedado en el 1,3 % también de media desde entonces.
La industria, que ha concentrado dos tercios del incremento de la demanda global de energía desde entonces, explica en gran medida esa ralentización porque las mejoras en eficiencia han sido anualmente inferiores al 0,5 %, comparadas con el 2 % en la década anterior.
Los expertos de la AIE hacen notar que se ha perdido un importante margen de progreso con el avance tecnológico, ya que muchos de los aparatos que se venden ahora no son sino la mitad de eficientes de los mejores.
Para ilustrarlo, señalan que aunque en los últimos 15 años el consumo de las bombillas más avanzadas se ha reducido a la mitad, los estándares, las normas de rendimiento mínimo sólo han aumentado en un 30 %.
Otro ejemplo es el del aire acondicionado, un equipamiento que se ha popularizado y extendido en los últimos años sobre todo en las economías emergentes. La energía destinada a la refrigeración de espacios ha crecido a un ritmo superior al 4 % desde 2000, y eso se ha hecho con aparatos poco eficientes.
Si desde 2019 todos los aparatos de aire acondicionado que se hubieran comprado hubieran sido los más eficientes disponibles, se podría haber evitado un crecimiento de la demanda de electricidad equivalente al alza destinada en ese periodo a centros de datos.
El director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol, consideró «alentadora» la aceleración en eficiencia energética que se está observando este año, «incluidas las señales positivas en algunas de las principales economías emergentes».
Pero también hizo hincapié en que su análisis muestra que «los gobiernos deben esforzarse aún más para garantizar que el mayor número posible de personas disfrute de todos los beneficios de la eficiencia» porque puede «mejorar la vida y los medios de subsistencia» a través de una mayor seguridad energética.
A ese respecto, los autores del estudio recuerdan que las acciones de eficiencia que se han tomado desde 2000 han reducido las facturas energéticas de los hogares en más del 20 % en las economías avanzadas y también ha mejorado la competitividad ya que las industrias generan un 20 % de valor adicional desde entonces por unidad de energía. EFE
ac/cat/rml