La falta de combustible y las averías en centrales térmicas apagan dos tercios de Cuba
La Habana, 9 dic (EFE).- La falta de combustible importado y las averías en varias centrales termoeléctricas han llevado los apagones en Cuba a un punto crítico, con cortes diarios de más de 20 horas por todo el país, incluida La Habana.
La isla se encuentra paralizada, salvo para aquellas pocas viviendas y empresas con generadores, y el malestar acumulado por la creciente crisis energética, que viene agravándose desde mediados de 2024, se tradujo esta madrugada en varias protestas menores en la capital.
Según explicó este martes la estatal Unión Eléctrica, en la noche previa, en el momento de máximo consumo, el Sistema Energético Nacional (SEN) no se pudo atender un 67 % de la demanda. Esto es, el apagón dejó sin luz a dos de cada tres bombillos en toda la isla.
La previsión para esta jornada es del 61 %, en la línea de lo que ha sucedido en los últimos diez días, en los que en tres ocasiones se ha roto el récord de tasa de déficit desde que hay registros, con un 59, un 61 y un 62 % casi consecutivos.
Profunda crisis
Las razones para esta situación son, principalmente, la falta de combustible importado, a la que el Gobierno atribuye la mitad de los cortes, y las repetidas averías en las obsoletas plantas termoeléctricas del país: este martes, ocho de las 16 unidades de producción están paradas.
El déficit de combustible tiene que ver con la falta de divisas para importarlo, tras una progresiva descapitalización del Estado por la profunda crisis económica en que se encuentra el país, cuya economía se ha contraído un 11 % en los últimos cinco años.
Aquí se entremezclan las consecuencias de la pandemia, el endurecimiento de las sanciones estadounidenses en las dos administraciones de Donald Trump como presidente y los errores en la política económica y monetaria del país.
Otro factor que pudiera estar relacionado con la falta de combustible es la creciente presión militar de Washington en el mar Caribe contra Venezuela, gran aliado de La Habana y primer suministrador de petróleo a Cuba. Las operaciones entre ambos no son públicas.
Los analistas coinciden en señalar que una potencial salida de Venezuela del presidente Nicolás Maduro llevaría a poner más presión en La Habana en el ámbito energético. Los siguientes mayores suministradores de crudo a Cuba son, a cierta distancia, México y Rusia.
En este ámbito, el Gobierno ha acusado a EE.UU. de «asfixia energética», asegurando que Washington, mediante las sanciones, trata de impedir las operaciones financieras internacionales de Cuba para proveerse de combustible.
Problema estructural
El segundo factor que explica la crisis es el parque de producción energética del país, cuya espina dorsal son siete centrales termoeléctricas obsoletas (cuatro de ellas de los años 60 y 70 del siglo pasado) que padecen una infrafinanciación crónica.
Diversos estudios independientes estiman que reflotar el SEN supondría entre 8.000 y 10.000 millones de dólares. Todos coinciden en señalar que se trata de un problema estructural que tan sólo se puede subsanar en el largo plazo.
Los esfuerzos del Gobierno cubano para avanzar en el ámbito de la energía solar, con un plan para instalar un centenar de parques con una potencia instalada total de 2.000 megavatios, pueden contribuir a aliviar los apagones, pero no a cerrar la grieta entre producción y demanda.
Hasta el momento han entrado en funcionamiento 33 del medio centenar de parques solares que se iban a construir este año. Los restantes estaba originalmente previsto que se levantasen en los próximos años.
El deterioro del SEN es palpable en los cinco apagones nacionales que ha sufrido Cuba en apenas un año, tres de ellos por fallos en una termoeléctrica que desestabilizaron el sistema entero y provocaron su colapso.
Perspectivas
Las perspectivas a corto y medio plazo tampoco son halagüeñas, según el propio Gobierno cubano. El ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, aseguró la semana pasada que aspiran a que 2026 sea «ligeramente mejor».
«Será un año difícil, ligeramente mejor. Con otras condiciones porque estamos mejor preparados. Vamos a tener más generación, pero no vamos a eliminar los apagones», pronosticó.
La energética es una más de las crisis que plagan actualmente Cuba, con la económica, la financiera, la migratoria y la sanitaria, desatada en los últimos meses por la epidemia doble de chikunguña y dengue.
Los expertos hablan de policrisis y los cubanos no ven la luz al final del túnel. EFE
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