La lucha contra el terrorismo refuerza a Marruecos en la cuestión del Sahara Occidental
Apoyándose en su papel en la lucha contra el terrorismo, Marruecos está intentado evitar cualquier movimiento de la ONU o de sus aliados en contra de su posición sobre el Sahara Occidental.
Los europeos «necesitan cooperar estrechamente con Marruecos en la lucha contra el terrorismo, lo vimos recientemente en los intercambios entre ese país y Francia o Bélgica», señala el periodista Ignace Dalle, especialista de los países árabes. «Eso pone a Marruecos en posición de fuerza para avanzar sus peones en todos los temas que trata con Europa» y el Sahara Occidental es una prioridad para los dirigentes del país, agregó.
El primer ministro belga, Charles Michel, viajó a Rabat a finales de febrero para hablar de cooperación en materia de seguridad. Los dos países ya habían colaborado en la búsqueda de sospechosos de los atentados del 13 de noviembre en París (130 muertos).
Pero las relaciones entre Rabat y las Naciones Unidas, y más precisamente con su secretario general, se tensaron desde la visita de Ban Ki-moon de principios de marzo a un campamento de refugiados saharauis en Argelia. Rabat reprocha a Ban Ki-moon el haber utilizado la palabra «ocupación» para calificar el estatuto del Sahara Occidental, una excolonia española anexada por Marruecos en 1975 y cuya independencia reivindica el Frente Polisario, apoyado por Argelia.
Poco después, el Gobierno marroquí anunció una «reducción significativa» de su participación en la misión de la ONU en el Sahara Occidental.
El domingo, cientos de miles de personas se manifestaron en Rabat contra Ban Ki-moon que, dado el ambiente, renunció a viajar a Marruecos.
Antes de la reunión del Consejo de Seguridad del jueves en Nueva York, el ministro marroquí de Relaciones Exteriores, Salahedin Mezuar, amenazó a la ONU con nuevas represalias. E hizo hincapié en el papel de Marruecos en la lucha antiterrorista, en particular contra el grupo yihadista Estado Islámico.
– «Puñetazo en la mesa»-
Desde 2007, Rabat propone al Sahara Occidental un plan de autonomía, bajo soberanía marroquí, pero el Frente Polisario reclama un referéndum de autodeterminación.
A sus aliados tradicionales, Estados Unidos y Francia, el rey de Marruecos Mohamed VI sumó esta semana, coincidiendo con una visita a Moscú, el apoyo de Rusia.
Más allá de la riqueza del Sahara Occidental (rico en fosfatos y recursos pesqueros), lo que está en juego es político. «Es el tema número uno para Marruecos, con el telón de fondo de rivalidad con Argelia», afirma Jadija Mohsen Finan, especialista del Sahara. Según Finan, Ban Ki-moon, en su último año en el cargo, «quisiera al respecto partir con un avance, o bien dar un puñetazo en la mesa».
Marruecos teme que la ONU prepare un proyecto de «Estado libre asociado», que rechaza totalmente por considerarlo «el principio de la independencia», agrega.
En ese contexto, Rabat redobla sus esfuerzos para evitar cualquier decisión contraria a su política.
Un ejemplo de ello es la decisión del Gobierno sueco en enero de renunciar a su proyecto de reconocer la independencia del Sahara Occidental, tras una batalla bilateral simbolizada por el aplazamiento durante meses de la apertura de la primera tienda Ikea en Marruecos.
«Marruecos ha pasado a ser un interlocutor privilegiado en materia de lucha contra el terrorismo. Por ello, los occidentales no quieren ofuscarlo sobre la cuestión del Sahara», estima también el analista Hasni Abidi.
Mohamed VI recordó el martes que espera «lo más rápidamente posible» una decisión en su favor en el pulso que lo opone Marruecos a la Unión Europea, tras la anulación de un acuerdo agrícola por la justicia europea porque el texto también afecta al Sahara Occidental. En este asunto, Rabat anunció la «suspensión de cualquier contacto» con la UE, pero el jueves renunció a esa decisión.
Para complicar un poco más las cosas, los occidentales deben mantener los pies en dos estribos y tampoco pueden enfrentarse a Argelia, aliado tan importante como Marruecos en la lucha antiterrorista.